22/07/2018, 18:24
Su inesperado acompañante no respondió a la pregunta, o no lo hizo de forma directa, al menos. Karma interpretó su sonrisa como aquello que no había expresado con palabras.
Fuera como fuese, la kunoichi no presionó la cuestión, al fin y al cabo los métodos de entrenamiento de desconocidos de otro país no eran asunto suyo. ¿Quién era ella para juzgar? Nunca había probado un ejercicio de condicionamiento tan extremo, así que no era conocedora de sus resultados.
Karamaru no tardó en acompañar los crujidos de la nieve con una pregunta de su propia cosecha. La kunoichi se aclaró la voz.
—Puedes llamarme Karma si quieres —afirmó con amabilidad—. No es que no venga muy seguido, es que es la primera vez que vengo hasta aquí. ¡Nunca había viajado tanto! Ha sido muy interesante, pero también se me ha hecho intimidante —parloteó, animada—. He venido hasta aquí en busca de un sastre llamado Nakato. Es famosillo, parece ser. Crea prendas bellas y ligeras, pero extremadamente resistentes, o eso he escuchado. ¿Lo conoces?
Fuera como fuese, la kunoichi no presionó la cuestión, al fin y al cabo los métodos de entrenamiento de desconocidos de otro país no eran asunto suyo. ¿Quién era ella para juzgar? Nunca había probado un ejercicio de condicionamiento tan extremo, así que no era conocedora de sus resultados.
Karamaru no tardó en acompañar los crujidos de la nieve con una pregunta de su propia cosecha. La kunoichi se aclaró la voz.
—Puedes llamarme Karma si quieres —afirmó con amabilidad—. No es que no venga muy seguido, es que es la primera vez que vengo hasta aquí. ¡Nunca había viajado tanto! Ha sido muy interesante, pero también se me ha hecho intimidante —parloteó, animada—. He venido hasta aquí en busca de un sastre llamado Nakato. Es famosillo, parece ser. Crea prendas bellas y ligeras, pero extremadamente resistentes, o eso he escuchado. ¿Lo conoces?