22/07/2018, 22:37
Juro terminó el discurso, y tan pronto como lo hizo, la ilusión volvió a desvanecerse. No hubo aplausos, ni amenazas, ni expulsiones.
Dedujo, por tanto, que la evaluación sería al final de la prueba, como todo lo demás. No se podría decir que estaba preparado para lo siguiente que llegase, pero al menos, lo aceptó, y decidió dejarse llevar.
«Allá vamos… »
Tan pronto como “recobró la conciencia”, Juro descubrió que no podía moverse. Sus brazos estaban atados por esposas supresoras de chakra, que impedían sus movimientos, y sus pies estaban atados al suelo, para más fijación. Su equipo ninja no estaba, y su chaleco tampoco. No tenía objetos, no tenía técnicas. Estaba jodido.
«Qué no cunda el pánico. Qué no cunda el pánico. No es la primera vez que pasa esto » — En octubre del año pasado, se había encontrado en una situación similar en aquella maldita casa embrujada. Había tenido que apañárselas como un civil normal.
Pero eso daba aún más miedo, incluso. No estaba en una casa embrujada, sino en la base enemiga.
Un hombre irrumpió en el habitáculo. Era rubio y de ojos verdes, y tenía toda la pinta de ser el jefe. La otra persona era un chico joven. A pesar de que llevaba su misma ropa, Juro lo reconoció al instante. Debía de ser otro Genin de su villa. Probablemente lo había visto en la academia, o por la calle.
Juro no sabía su nombre, pero sentía una fuerte responsabilidad por él. No solo como Chunin, si no como persona. Era compañero suyo, de su misma villa.
« Oh, no… »
—Te pongo en antecedentes, éste dice que no sabe nada, así que le vamos a cortar una pierna. Total, son todo beneficios, nos aseguramos de que de verdad no sepa nada y ni te imaginas lo fácil que se vigila a un tullido. Y si sigue sin contestarnos, pues tiraremos a por la otra. Porque solo hay una cosa más fácil de vigilar que un tullido y es un doble tullido. Ahora que sois dos igual podéis echarle un pensamiento. Chicos, agarrad al tullido, digo, al genin. Perdón, me he adelantado.
Dos hombres entraron en la sala, agarraron al chico. Su jefe, por otra parte, tras mucho cavilar, pareció escoger un arma para la ocasión: una sierra dentada enorme, lo suficiente como para cortarle una pierna al chaval. Cortarsela de forma muy dolorosa. Juro no quiso ni imaginarlo.
« Joder, joder, joder »
— . Me han dicho que los Chunin hacen un juramento o alguna mierda así sobre proteger a sus inferiores. Yo voy a lanzar una pregunta al aire, si obtengo una respuesta, saldré de aquí tan contento y sin quitarle ninguna pierna a nadie.
Hubo un silencio tenso. Juro no quiso mirar al Genin, pero supo exactamente como era su mirada. Estaba aterrado, aunque mantenía la boca cerrada.
— ¿Quien es el jinchuriki de vuestra villa? Un nombre y un apellido y nadie acabará saliendo por partes de aquí.
Juro mantuvo la boca cerrada, aunque sintió ganas de abrirla en ese momento.
« Va en serio. Lo va a torturar y luego matar» — Comprendió, con horror — « ¿Qué hago? Debo mantener la boca cerrada. Estaría traicionando a la aldea si lo hiciera. Sin embargo, no puedo dejarlo morir. Y aun así… »
El problema era, que, aunque quisiera decirlo y desobedecer a su conciencia y a su aldea, no podía. Simplemente no podía. Él era el maldito jinchuriki. En cuanto lo supieran, estaría muerto. Y el Genin moriría también, probablemente. ¿Qué le iban a dejar irse? ¿Después de haber comprobado dónde estaba su base y haber visto su arsenal? ¡Venga ya!
Trató de pensar. El Morikage le había dicho que su identidad sería un secreto. Que solo altos cargos y personas importantes lo sabrían. Pero no podía decirle eso, claro. Lo mataría igualmente y después le mataría a él.
« Pero por mucho que torture al genin, él no puede saberlo. Él no puede... » — Una idea le iluminó el rostro. Era la única salida.
Juro tomó aire, respiró, y luego habló.
— ¡Para, por favor! Te lo diré.— Su voz tembló un poco, y después se reafirmó. Su rostro estaba lleno de preocupación, y cada palabra era como si se la arrancasen —. El nombre de nuestro jinchuriki es Dai. Usotsuki Dai.
» Él es la mano derecha de nuestro Kage, aunque se mantiene en las sombras. Por mucho que lo tortures, un simple genin no sabe nada de él. Esta información solo se nos confía a los que tenemos un mayor rango — murmuró Juro, y fue cogiendo fuerza con forme hablaba. Ya ni si quiera temblaba —. Por muy poderoso que seáis, si ésta dentro de la villa, tu y los tuyos no tenéis ninguna oportunidad. Dai tiene el poder de su bestia y ésta respaldado por el ejercito de la villa.
Era una mentira. Él lo sabía. Pero… ¿Qué iba a hacer? Era su única oportunidad real. Se aferró a su mentira y trató de que sonase real. De que fuese real. Usotsuki Dai, un nombre que acababa de inventarse, sería el nuevo jinchuuriki de la villa.
— Te seré sincero, estoy acojonado. Ahora mismo estoy traicionando a mi villa por salvar mi pellejo. Pero me acojona más morir, así que te lo diré. Dai es poderoso, pero tiene una debilidad: se preocupa por sus compañeros de oficio. Y no va a estar siempre bajo la protección del Kage — murmuró —. Yo he salvado a este genin, pero no por él. En realidad, tenía miedo de que luego me cortaras la pierna a mi y por eso canté. Pero a Dai no le importaría si lo hicieses con tal de salvarle. Por eso nos necesitas. Si nos mantienes con vida a los dos, podría guiarte hasta él, y cuando llegue el momento, te serviremos como escudos humanos. A mi me dejas libre después y a ellos le haces lo que quieras.
Juro se habría encogido de hombros si hubiera podido. Era todo o nada, después de todo.
— ¿Hay trato?
Dedujo, por tanto, que la evaluación sería al final de la prueba, como todo lo demás. No se podría decir que estaba preparado para lo siguiente que llegase, pero al menos, lo aceptó, y decidió dejarse llevar.
«Allá vamos… »
…
Tan pronto como “recobró la conciencia”, Juro descubrió que no podía moverse. Sus brazos estaban atados por esposas supresoras de chakra, que impedían sus movimientos, y sus pies estaban atados al suelo, para más fijación. Su equipo ninja no estaba, y su chaleco tampoco. No tenía objetos, no tenía técnicas. Estaba jodido.
«Qué no cunda el pánico. Qué no cunda el pánico. No es la primera vez que pasa esto » — En octubre del año pasado, se había encontrado en una situación similar en aquella maldita casa embrujada. Había tenido que apañárselas como un civil normal.
Pero eso daba aún más miedo, incluso. No estaba en una casa embrujada, sino en la base enemiga.
Un hombre irrumpió en el habitáculo. Era rubio y de ojos verdes, y tenía toda la pinta de ser el jefe. La otra persona era un chico joven. A pesar de que llevaba su misma ropa, Juro lo reconoció al instante. Debía de ser otro Genin de su villa. Probablemente lo había visto en la academia, o por la calle.
Juro no sabía su nombre, pero sentía una fuerte responsabilidad por él. No solo como Chunin, si no como persona. Era compañero suyo, de su misma villa.
« Oh, no… »
—Te pongo en antecedentes, éste dice que no sabe nada, así que le vamos a cortar una pierna. Total, son todo beneficios, nos aseguramos de que de verdad no sepa nada y ni te imaginas lo fácil que se vigila a un tullido. Y si sigue sin contestarnos, pues tiraremos a por la otra. Porque solo hay una cosa más fácil de vigilar que un tullido y es un doble tullido. Ahora que sois dos igual podéis echarle un pensamiento. Chicos, agarrad al tullido, digo, al genin. Perdón, me he adelantado.
Dos hombres entraron en la sala, agarraron al chico. Su jefe, por otra parte, tras mucho cavilar, pareció escoger un arma para la ocasión: una sierra dentada enorme, lo suficiente como para cortarle una pierna al chaval. Cortarsela de forma muy dolorosa. Juro no quiso ni imaginarlo.
« Joder, joder, joder »
— . Me han dicho que los Chunin hacen un juramento o alguna mierda así sobre proteger a sus inferiores. Yo voy a lanzar una pregunta al aire, si obtengo una respuesta, saldré de aquí tan contento y sin quitarle ninguna pierna a nadie.
Hubo un silencio tenso. Juro no quiso mirar al Genin, pero supo exactamente como era su mirada. Estaba aterrado, aunque mantenía la boca cerrada.
— ¿Quien es el jinchuriki de vuestra villa? Un nombre y un apellido y nadie acabará saliendo por partes de aquí.
Juro mantuvo la boca cerrada, aunque sintió ganas de abrirla en ese momento.
« Va en serio. Lo va a torturar y luego matar» — Comprendió, con horror — « ¿Qué hago? Debo mantener la boca cerrada. Estaría traicionando a la aldea si lo hiciera. Sin embargo, no puedo dejarlo morir. Y aun así… »
El problema era, que, aunque quisiera decirlo y desobedecer a su conciencia y a su aldea, no podía. Simplemente no podía. Él era el maldito jinchuriki. En cuanto lo supieran, estaría muerto. Y el Genin moriría también, probablemente. ¿Qué le iban a dejar irse? ¿Después de haber comprobado dónde estaba su base y haber visto su arsenal? ¡Venga ya!
Trató de pensar. El Morikage le había dicho que su identidad sería un secreto. Que solo altos cargos y personas importantes lo sabrían. Pero no podía decirle eso, claro. Lo mataría igualmente y después le mataría a él.
« Pero por mucho que torture al genin, él no puede saberlo. Él no puede... » — Una idea le iluminó el rostro. Era la única salida.
Juro tomó aire, respiró, y luego habló.
— ¡Para, por favor! Te lo diré.— Su voz tembló un poco, y después se reafirmó. Su rostro estaba lleno de preocupación, y cada palabra era como si se la arrancasen —. El nombre de nuestro jinchuriki es Dai. Usotsuki Dai.
» Él es la mano derecha de nuestro Kage, aunque se mantiene en las sombras. Por mucho que lo tortures, un simple genin no sabe nada de él. Esta información solo se nos confía a los que tenemos un mayor rango — murmuró Juro, y fue cogiendo fuerza con forme hablaba. Ya ni si quiera temblaba —. Por muy poderoso que seáis, si ésta dentro de la villa, tu y los tuyos no tenéis ninguna oportunidad. Dai tiene el poder de su bestia y ésta respaldado por el ejercito de la villa.
Era una mentira. Él lo sabía. Pero… ¿Qué iba a hacer? Era su única oportunidad real. Se aferró a su mentira y trató de que sonase real. De que fuese real. Usotsuki Dai, un nombre que acababa de inventarse, sería el nuevo jinchuuriki de la villa.
— Te seré sincero, estoy acojonado. Ahora mismo estoy traicionando a mi villa por salvar mi pellejo. Pero me acojona más morir, así que te lo diré. Dai es poderoso, pero tiene una debilidad: se preocupa por sus compañeros de oficio. Y no va a estar siempre bajo la protección del Kage — murmuró —. Yo he salvado a este genin, pero no por él. En realidad, tenía miedo de que luego me cortaras la pierna a mi y por eso canté. Pero a Dai no le importaría si lo hicieses con tal de salvarle. Por eso nos necesitas. Si nos mantienes con vida a los dos, podría guiarte hasta él, y cuando llegue el momento, te serviremos como escudos humanos. A mi me dejas libre después y a ellos le haces lo que quieras.
Juro se habría encogido de hombros si hubiera podido. Era todo o nada, después de todo.
— ¿Hay trato?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60