11/09/2015, 11:01
Advertí de lo obvio a Karamaru, pues en aquel recóndito lugar no había nadie más que nosotros tres, pero mi verdadera intención era averiguar el propósito de mi compañero de travesía. Y en efecto, Karamaru tenía la misma curiosidad que yo con respecto aquel hombre, contestó que se adelantaría para hablar con él. Muy acertado desde mi punto de vista, ya que podríamos intercambiar opiniones con aquella persona que decidió emprender el mismo desafío que nosotros. Por mi parte, se me ocurrían un sin fin de preguntas, por ejemplo...
"¿Habrá conseguido llegar a la cima en otra ocasión? o, ¿Estará ahora preparado para llegar hasta el final?" Solo faltaba que aquel señor fuera lo suficientemente amable para satisfacer el aluvión de preguntas de unos muchachos desconocidos.
-!De acuerdo! Le respondí a mi compañero, cuando se adelantó para entablar conversación con aquel extraño viajero.
Karamaru se acercó hasta encontrarse cara a cara con aquel hombre, cuya túnica roída y haraposa por el paso del tiempo, lo envolvía por completo. Cuando se acercó comenzó a notar una molestia, como si un aura gélida e insoportable envolviera a aquel hombre, como si el clima se tornara inestable y caótico, el aire pululaba por alrededor y silbaba como si el alarido de los muertos se tratara. Una vez desde aquella distancia y habiendo sido la pregunta formulada por Karamaru, pudo apreciar que la túnica que levitaba, era aquel hombre, puesto que el interior estaba vacío como la crisálida de una mariposa.
Pero la respuesta de aquel ente, solo fue una respiración profunda y metálica que renosaba en nuestras cabezas como un taladro, como si el origen de aquel sonido no perteneciera a este mundo. Me acerqué finalmente a la altura de Karamaru, notando aquel frío intenso, tan intenso que hasta resultaba doloroso físicamente. Cuando me percaté de lo que estaba ocurriendo, me quedé perplejo.
"¿¡Pero que cojones!?" La verdad que algo no iba nada bien, mi cuerpo parecía que se ponía a la defensiva de forma involuntaria, como si reconociera a aquella entidad como una amenaza real. -¿¡Pero que es eso!? Pregunté en voz alta debido a la impresión.
-Debe ser un genjutsu Me auto respondí. Pero conocía la formula para cancelar este tipo de jutsus, por lo que para salir de dudas, ejecuté la técnica sin demora, antes de que alguien nos tendiera un trampa, realicé el sello del carnero y exclamé.
-!KAI! Pero a pesar de todo, aquella cosa seguía ahí. -No...no...se trata...de un genjutsu... Dije abatido y preocupado, sin plantearme de que pudiera de tratarse de un genjutsu lo suficientemente complejo para que no pudiera anularlo.
"¿Habrá conseguido llegar a la cima en otra ocasión? o, ¿Estará ahora preparado para llegar hasta el final?" Solo faltaba que aquel señor fuera lo suficientemente amable para satisfacer el aluvión de preguntas de unos muchachos desconocidos.
-!De acuerdo! Le respondí a mi compañero, cuando se adelantó para entablar conversación con aquel extraño viajero.
Karamaru se acercó hasta encontrarse cara a cara con aquel hombre, cuya túnica roída y haraposa por el paso del tiempo, lo envolvía por completo. Cuando se acercó comenzó a notar una molestia, como si un aura gélida e insoportable envolviera a aquel hombre, como si el clima se tornara inestable y caótico, el aire pululaba por alrededor y silbaba como si el alarido de los muertos se tratara. Una vez desde aquella distancia y habiendo sido la pregunta formulada por Karamaru, pudo apreciar que la túnica que levitaba, era aquel hombre, puesto que el interior estaba vacío como la crisálida de una mariposa.
Pero la respuesta de aquel ente, solo fue una respiración profunda y metálica que renosaba en nuestras cabezas como un taladro, como si el origen de aquel sonido no perteneciera a este mundo. Me acerqué finalmente a la altura de Karamaru, notando aquel frío intenso, tan intenso que hasta resultaba doloroso físicamente. Cuando me percaté de lo que estaba ocurriendo, me quedé perplejo.
"¿¡Pero que cojones!?" La verdad que algo no iba nada bien, mi cuerpo parecía que se ponía a la defensiva de forma involuntaria, como si reconociera a aquella entidad como una amenaza real. -¿¡Pero que es eso!? Pregunté en voz alta debido a la impresión.
-Debe ser un genjutsu Me auto respondí. Pero conocía la formula para cancelar este tipo de jutsus, por lo que para salir de dudas, ejecuté la técnica sin demora, antes de que alguien nos tendiera un trampa, realicé el sello del carnero y exclamé.
-!KAI! Pero a pesar de todo, aquella cosa seguía ahí. -No...no...se trata...de un genjutsu... Dije abatido y preocupado, sin plantearme de que pudiera de tratarse de un genjutsu lo suficientemente complejo para que no pudiera anularlo.