31/07/2018, 13:03
Y cuando Karma despertó, Akame todavía seguía allí.
El jōnin se incorporó despacio, como si le costara un tremendo esfuerzo volver a habituarse al mundo real. No parecía angustiado ni violentado como quizás sí lo hacía su alumna, sino que tenía la mirada perdida en las tranquilas aguas del riachuelo. Estaba totalmente ensimismado y su expresión se traducía en una de aquellas que se ponen cuando se te ha olvidado el último elemento de la lista de la compra. Cuando estás tratando de buscar algo en el último cajón de la habitación.
Pero no lo encuentras.
Akame se levantó pesadamente, ladeando la cabeza.
—¿Karma-san? ¿Qué... Qué ha sido eso? —balbuceó—. ¿Hay... Hay alguien más aquí?
«¿Un Genjutsu?»
El jōnin se incorporó despacio, como si le costara un tremendo esfuerzo volver a habituarse al mundo real. No parecía angustiado ni violentado como quizás sí lo hacía su alumna, sino que tenía la mirada perdida en las tranquilas aguas del riachuelo. Estaba totalmente ensimismado y su expresión se traducía en una de aquellas que se ponen cuando se te ha olvidado el último elemento de la lista de la compra. Cuando estás tratando de buscar algo en el último cajón de la habitación.
Pero no lo encuentras.
Akame se levantó pesadamente, ladeando la cabeza.
—¿Karma-san? ¿Qué... Qué ha sido eso? —balbuceó—. ¿Hay... Hay alguien más aquí?
«¿Un Genjutsu?»