12/09/2015, 00:43
El laser impactó en el suelo como un torrente de agua que se virtió por las calles de la aldea, y su epicentro no era otro que Blame, quien quedó pulverizado al instante. La ira absoluta del bijuu se convirtió en una masacre, en un genocidio sin precedentes que llegó hasta casi las afueras. Hasta el polvo en suspensión en el aire y el silencio en el que se había sumido el ambiente, que acalló los gritos, parecían llorar, como la lluvia que empezaba a empapar la tierra y a llevarse la sangre. La lluvia que lloraba, como si no hubiese sido ella misma la que había acabado con Kusagakure.
El bijuu se elevó en el aire como consecuencia de la hondonada de energía que había disparado a bocajarro, hacia abajo. Flotó durante unos instantes, y finalmente cayó al suelo haciendo temblar la tierra. El golpe fue demasiado para la bestia, que quedó aturdida y confundida. Pero el objeto de su miedo había sido destruido. Todo estaba bien. Todo estaba...
Quizás había supervivientes, pero la verdad era cruel y la lluvia estaba dispuesta a limpiar aquél islote que llamaban aldea. En otro lugar... En ese mismo momento...
La tierra tembló, y a Yoshimitsu se le revolvieron todas las entrañas. Cuando el temblor cesó, notó los pasos vacilantes de dos personas, de aquellos que se intentan recuperar de una sacudida enorme.
Antes había notado más pasos, pero con rapidez, habían desaparecido. Al final, sólo quedaron dos.
Las personas iban cayendo muertas, pero esos dos emisores de vibración seguían con vida.
—No dejéis a nadie con vida, recordad. Son órdenes, no debe escapar nadie. —Escuchó una amortiguada voz a través de la piedra.
¿Quién sería? ¿Sería capaz de derrotarlo? Yoshimitsu seguía furtivo, por ahora.
El bijuu se elevó en el aire como consecuencia de la hondonada de energía que había disparado a bocajarro, hacia abajo. Flotó durante unos instantes, y finalmente cayó al suelo haciendo temblar la tierra. El golpe fue demasiado para la bestia, que quedó aturdida y confundida. Pero el objeto de su miedo había sido destruido. Todo estaba bien. Todo estaba...
Quizás había supervivientes, pero la verdad era cruel y la lluvia estaba dispuesta a limpiar aquél islote que llamaban aldea. En otro lugar... En ese mismo momento...
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La tierra tembló, y a Yoshimitsu se le revolvieron todas las entrañas. Cuando el temblor cesó, notó los pasos vacilantes de dos personas, de aquellos que se intentan recuperar de una sacudida enorme.
Antes había notado más pasos, pero con rapidez, habían desaparecido. Al final, sólo quedaron dos.
Las personas iban cayendo muertas, pero esos dos emisores de vibración seguían con vida.
—No dejéis a nadie con vida, recordad. Son órdenes, no debe escapar nadie. —Escuchó una amortiguada voz a través de la piedra.
¿Quién sería? ¿Sería capaz de derrotarlo? Yoshimitsu seguía furtivo, por ahora.
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