11/08/2018, 02:26
Como en el resto de ilusiones, cuando tomó una decisión y se puso a llevarla a cabo, todo se detuvo. Los sonidos, el crujir del edificio recién destrozado, incluso el viento que entraba por el enorme boquete se paró.
Se encontró de nuevo sentado en el mismo sitio, rodeado por la misma habitación y ante el mismo examinador.
— Bienvenido, Eikyu Juro. Bien hecho, joven, mi nombre es Yamamoto Zan y no, al contrario de lo que crees no nos conocemos. Bueno, con esto concluye la prueba. Recibirás más información del encargado. Suerte.
La voz no solo había cambiado sino que apenas era audible en comparación a la profunda y gutural voz con la que se había expresado momentos atrás.
Al mirar por la ventana, ahora abierta, del aula, vería que estaba empezando a atardecer. En la ilusión le habían parecido apenas unos minutos, pero la realidad era que habían pasado varias horas desde que entró al aula. Si el Sol no le parecía suficiente prueba del tiempo transcurrido su estomago exigiendo comida sería mucho más convincente.
Se encontró de nuevo sentado en el mismo sitio, rodeado por la misma habitación y ante el mismo examinador.
— Bienvenido, Eikyu Juro. Bien hecho, joven, mi nombre es Yamamoto Zan y no, al contrario de lo que crees no nos conocemos. Bueno, con esto concluye la prueba. Recibirás más información del encargado. Suerte.
La voz no solo había cambiado sino que apenas era audible en comparación a la profunda y gutural voz con la que se había expresado momentos atrás.
Al mirar por la ventana, ahora abierta, del aula, vería que estaba empezando a atardecer. En la ilusión le habían parecido apenas unos minutos, pero la realidad era que habían pasado varias horas desde que entró al aula. Si el Sol no le parecía suficiente prueba del tiempo transcurrido su estomago exigiendo comida sería mucho más convincente.
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