16/08/2018, 18:19
Llevaban ya un tiempo dentro de aquella villa tan diferente a Amegakure, y sin embargo no había parado ni un momento a excepción de aquellos días donde las pruebas se habían llevado a cabo para ver cómo los participantes de Amegakure desempeñaban su labor, por eso, un par de días después de la segunda prueba, Shanise se encontraba allí, otra vez perdida entre el papeleo que se acumulaba frente a aquella extraña mesa que le habían prestado durante su estancia en aquel lugar.
Unos suaves golpes procedentes de la puerta resonaron en la estancia, y la jōnin se vio obligada a retirar su mirada de aquellos papelujos para escrutar aquel objeto de madera que la separaba de quienquiera que fuese el que quería retrasar su trabajo. Suspiró y se apartó ligeramente de la mesa, irguiéndose en la silla que estaba ocupando.
—Adelante. —Anunció lo suficientemente fuerte para que fuese escuchada.
Unos suaves golpes procedentes de la puerta resonaron en la estancia, y la jōnin se vio obligada a retirar su mirada de aquellos papelujos para escrutar aquel objeto de madera que la separaba de quienquiera que fuese el que quería retrasar su trabajo. Suspiró y se apartó ligeramente de la mesa, irguiéndose en la silla que estaba ocupando.
—Adelante. —Anunció lo suficientemente fuerte para que fuese escuchada.
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