14/09/2015, 22:35
A Ichiro se le iluminaron los ojos al ver el trozo de pan y el agua que Yoshimitsu había saco de entre sus ropajes, desconocía la fuente de esos alimentos, pero no le importaba, a pesar de que su sabor no era un manjar, los disfruto como tal, devorando el aperitivo, se ayudó con el agua, para secar la sed que le había generado y empujando la comida hasta su estómago, al parecer la había ingerido tan rápido, que todavía parecía tenerla trancada en la garganta.
Al finalizar, soltó un suspiro de placer, paso la mano por su boca para quitarse las migajas que la rodeaban y embozo una sonrisa de ojos cerrados, ya se sentía mejor, mucho mejor.
El chico con el que Ichiro se había encontrado era muy educado y amable, por lo menos los primeros gestos lo habían demostrado. No siempre era fácil encontrar personas de ese calibre, así que le presto mucha atención cuando este se volvió a dirigir hacia él, en cortas oraciones le explico que más adelante habría más comida, específicamente arroz y pescado, una de las comidas que sin duda el Hozuki amaba, el pescado frito le parecía un regalo de los dioses.
El joven se detuvo y tras un silencio corto, Ichiro iba a comentar unas palabras de agradecimiento, pero el chico volvió a tomar la palabra y el genin de Ame se guardó sus comentarios para decirlo cuando el finalizara.
El shinobi le hizo una especie de cuestionamiento, al que Ichiro lo observo hizo una pausa como si meditara la preguntas unos segundos y continuo – Si, así es, mi madre era una ninja de Kirigakure, mi familia proviene toda de ahí-. Anuncio en un párrafo corto, en realidad Ichiro no tenía mucho que contar, no poseía mucha información sobre su clan, tampoco se había molestado mucho en buscar, había intentado hacer planes de una cruzada hacia las ruinas de Kirigakure, pero por su falta de tiempo, le había parecido imposible hasta el momento, no contento con lo poco que había hablado intervino de nuevo – ¡Ven! Vamos a ese lugar que dan comida que tú dices y te contare más, es que tengo que ordenar mis pensamientos porque soy un poco tonto ja! Y no te preocupes que yo pago.- Ichiro al terminar de hablar levanto su brazo mostrando el dedo pulgar, como un signo de aprobación, solo esperaba que su compañero le diera el aval para continuar el recorrido hasta el centro de comidas de ese pequeño lugar.
Al finalizar, soltó un suspiro de placer, paso la mano por su boca para quitarse las migajas que la rodeaban y embozo una sonrisa de ojos cerrados, ya se sentía mejor, mucho mejor.
El chico con el que Ichiro se había encontrado era muy educado y amable, por lo menos los primeros gestos lo habían demostrado. No siempre era fácil encontrar personas de ese calibre, así que le presto mucha atención cuando este se volvió a dirigir hacia él, en cortas oraciones le explico que más adelante habría más comida, específicamente arroz y pescado, una de las comidas que sin duda el Hozuki amaba, el pescado frito le parecía un regalo de los dioses.
El joven se detuvo y tras un silencio corto, Ichiro iba a comentar unas palabras de agradecimiento, pero el chico volvió a tomar la palabra y el genin de Ame se guardó sus comentarios para decirlo cuando el finalizara.
El shinobi le hizo una especie de cuestionamiento, al que Ichiro lo observo hizo una pausa como si meditara la preguntas unos segundos y continuo – Si, así es, mi madre era una ninja de Kirigakure, mi familia proviene toda de ahí-. Anuncio en un párrafo corto, en realidad Ichiro no tenía mucho que contar, no poseía mucha información sobre su clan, tampoco se había molestado mucho en buscar, había intentado hacer planes de una cruzada hacia las ruinas de Kirigakure, pero por su falta de tiempo, le había parecido imposible hasta el momento, no contento con lo poco que había hablado intervino de nuevo – ¡Ven! Vamos a ese lugar que dan comida que tú dices y te contare más, es que tengo que ordenar mis pensamientos porque soy un poco tonto ja! Y no te preocupes que yo pago.- Ichiro al terminar de hablar levanto su brazo mostrando el dedo pulgar, como un signo de aprobación, solo esperaba que su compañero le diera el aval para continuar el recorrido hasta el centro de comidas de ese pequeño lugar.