4/09/2018, 16:11
«¡No, no lo entiendes, pedazo de alcornoque!», quiso responder Akame cuando el ninja médico de la Lluvia insistió en que no iba a abandonar el Examen antes de que terminase. «¿De qué te va a servir esa placa plateada si estás muerto?» Sin embargo, el Uchiha era consciente de que su labia y carisma personal distaban mucho de llegar al nivel mínimamente necesario como para poder influir en la opinión de otras personas, a no ser que estuvieran acompañadas de las evidencias más aplastantes.
Él no era Datsue. Datsue habría sido capaz de convencer a Keisuke de que abandonase Uzushiogakure no Sato aquella misma noche, con una mano delante y otra detrás. Pero era Datsue también quien le había condenado en su loca búsqueda del amor. Cuanto tenía Keisuke para salvarse, era aquel anodino y socialmente poco hábil jōnin que estaba plantado ante él.
—Si no tienes a nadie fuera entonces tendrás que esconderte por tu cuenta —zanjó el Uchiha—. No lo entiendes, Keisuke-san... Ahora mismo tus superiores ya podrían estar decidiendo qué hacer contigo. El tiempo es un lujo del que no dispones.
Aun así, el Iryo-nin quiso saber más. Akame bufó, frustrado.
—Poco. Nada más llegar, antes de la primera prueba. Si tus compañeros han decidido que su lealtad a Ame pesa más que tu vida, y créeme que así habrá sido, Amekoro Yui debe estar ya pensando en qué lago va a sellarte a ti —el jōnin se cruzó de brazos—. ¿Quién es la persona responsable de los ninjas de la Lluvia aquí?
Él no era Datsue. Datsue habría sido capaz de convencer a Keisuke de que abandonase Uzushiogakure no Sato aquella misma noche, con una mano delante y otra detrás. Pero era Datsue también quien le había condenado en su loca búsqueda del amor. Cuanto tenía Keisuke para salvarse, era aquel anodino y socialmente poco hábil jōnin que estaba plantado ante él.
—Si no tienes a nadie fuera entonces tendrás que esconderte por tu cuenta —zanjó el Uchiha—. No lo entiendes, Keisuke-san... Ahora mismo tus superiores ya podrían estar decidiendo qué hacer contigo. El tiempo es un lujo del que no dispones.
Aun así, el Iryo-nin quiso saber más. Akame bufó, frustrado.
—Poco. Nada más llegar, antes de la primera prueba. Si tus compañeros han decidido que su lealtad a Ame pesa más que tu vida, y créeme que así habrá sido, Amekoro Yui debe estar ya pensando en qué lago va a sellarte a ti —el jōnin se cruzó de brazos—. ¿Quién es la persona responsable de los ninjas de la Lluvia aquí?