15/09/2015, 11:33
Y al fin salió aquel...aquello..."¿Que diantres es?" desde que salió de su escondite, hasta que se acercó hasta mí, veía su apariencia de lo más inverosímil, "¿Un capricho de la naturaleza? No, no puede ser..." Boquiabierto me quedé y con los ojos como platos, observando a "eso".
Se estaba descojonando vivo de mi, el muy desconsiderado. Bajo el pretexto de que no podía rezarle a una estatua sin esperar una grosería a cambio de los demás. Pero su singular justificación y posterior disculpa, quedaron en segundo plano cuando me quedé atónito por su extravagante apariencia, viéndome únicamente capaz de responderle- Ya...ya... Con cara de tonto.
Ese muchacho era la encarnación de un tiburón hecho hombre, es decir, tenía la piel azulada, su pelo ligeramente más oscuro también lo era, y sus ojos eran raros, daba un poco de miedo su boca, con esos dientes afilados como sierras, "¿Se está riendo o me está amenazando?...Será mejor mantener una distancia de seguridad" Retrocedí unos pasos conforme se acercaba dibujando una mueca en mi rostro. Además pude fijarme que poseía un hitai-ate en su frente, con el claro símbolo de Amegakure no sato.
Deduje que aún se estaba cachondeando de mi, pues me tendió la mano y se presento por el nombre de Kaido. Yo por mi parte, y para no ser descortés, acepté su saludo, pero con precaución, estiré también mi brazo todo lo que pude para mantener a salvo mi cuerpo. -Encantado Kaido-san...casi me matas del susto, mi nombre de Aoyama Yoshimitsu. Y no suelo ser creyente, simplemente cuando estoy con los ánimos un poco bajos y eso...ya me comprendes...¿Por cierto...? Cambié de tema -Disculpa la pregunta, pero...¿Eres humano? Pregunté ansioso y con curiosidad infinita, es que no pude evitarlo, aunque resultara grosera, confié en que fuera comprensivo.
"Es impresionante, jamás había visto algo igual"
Se estaba descojonando vivo de mi, el muy desconsiderado. Bajo el pretexto de que no podía rezarle a una estatua sin esperar una grosería a cambio de los demás. Pero su singular justificación y posterior disculpa, quedaron en segundo plano cuando me quedé atónito por su extravagante apariencia, viéndome únicamente capaz de responderle- Ya...ya... Con cara de tonto.
Ese muchacho era la encarnación de un tiburón hecho hombre, es decir, tenía la piel azulada, su pelo ligeramente más oscuro también lo era, y sus ojos eran raros, daba un poco de miedo su boca, con esos dientes afilados como sierras, "¿Se está riendo o me está amenazando?...Será mejor mantener una distancia de seguridad" Retrocedí unos pasos conforme se acercaba dibujando una mueca en mi rostro. Además pude fijarme que poseía un hitai-ate en su frente, con el claro símbolo de Amegakure no sato.
Deduje que aún se estaba cachondeando de mi, pues me tendió la mano y se presento por el nombre de Kaido. Yo por mi parte, y para no ser descortés, acepté su saludo, pero con precaución, estiré también mi brazo todo lo que pude para mantener a salvo mi cuerpo. -Encantado Kaido-san...casi me matas del susto, mi nombre de Aoyama Yoshimitsu. Y no suelo ser creyente, simplemente cuando estoy con los ánimos un poco bajos y eso...ya me comprendes...¿Por cierto...? Cambié de tema -Disculpa la pregunta, pero...¿Eres humano? Pregunté ansioso y con curiosidad infinita, es que no pude evitarlo, aunque resultara grosera, confié en que fuera comprensivo.
"Es impresionante, jamás había visto algo igual"