5/09/2018, 16:28
La kunoichi sonrió, triunfal; al ver como se salía con la suya. Por primera vez en mucho tiempo alguien le hacía caso en algo, y, por dentro, sintió de pronto que a lo mejor sí podría valer para convertirse en chuunin. Asintió, convencida, mientras ella también se colocaba su ropa y cambiaba su bandana de forma que le protegiese la frente, anudándola fuertemente.
—Bien, yo ya estoy preparado, tu dirás como hacemos, que tipo de entrenamiento y como lo quieres.
—Sinceramente, no tengo preferencia, así que si quieres, puedes elegir tú —concedió ella, llevando la mano hacia delante como incitándole a elegir de forma educada—. Así yo me adapto.
—Bien, yo ya estoy preparado, tu dirás como hacemos, que tipo de entrenamiento y como lo quieres.
—Sinceramente, no tengo preferencia, así que si quieres, puedes elegir tú —concedió ella, llevando la mano hacia delante como incitándole a elegir de forma educada—. Así yo me adapto.