6/09/2018, 21:03
Un olor penetró mis fosas nasales sin piedad, llegó hasta mi cerebro y lo resquebrajó entero. Olía a pizza. En plena playa, el olor del mar quedó en un segundo plano, pues olía a pizza. Me giré y vi a un chaval, sentado en la arena, comiendo pizza. ¿Quien demonios se va a las costas de Uzushiogakure a comer pizza? Como shinobi, era mi deber acercarme a ver qué tramaba.
Tenía el pelo largo, demasiado largo, le tapaba parte de los ojos, pero entre los mechones pude discernir una bandana. ¿Un recién graduado de celebración en plena mañana? Porque los veteranos tienen un aspecto más recio y no desayunan pizza, desayunan espinacas para fortalecer los músculos. Y por eso, yo, nunca sería un veterano.
Me acerqué a un ritmo normal y cuando estuve cerca de él me senté.
— Desayunar pizza no es muy sano para un shinobi.
Hacer amigos, punto uno, di algo obvio que claramente la otra persona no está interesada en oír, así sabrá que sabes lo que no quiere oír y te da igual.
Tenía el pelo largo, demasiado largo, le tapaba parte de los ojos, pero entre los mechones pude discernir una bandana. ¿Un recién graduado de celebración en plena mañana? Porque los veteranos tienen un aspecto más recio y no desayunan pizza, desayunan espinacas para fortalecer los músculos. Y por eso, yo, nunca sería un veterano.
Me acerqué a un ritmo normal y cuando estuve cerca de él me senté.
— Desayunar pizza no es muy sano para un shinobi.
Hacer amigos, punto uno, di algo obvio que claramente la otra persona no está interesada en oír, así sabrá que sabes lo que no quiere oír y te da igual.
—Nabi—