8/09/2018, 01:35
Pues porque en esta vida no todo es blanco o negro, amigo —alegó Yota, con la franqueza de un filósofo—. Llevar una plaquita plateada en mi manga derecha no va a cambiar mi vida, Kaido-san. A veces es bueno saber cuando hay que hacer un alto en el jodido camino. ¡Estoy de vacaciones mientras apoyo a mis camaradas! De todas formas, Morikage-sama sabe exactamente de lo que soy capaz sin necesidad de tener que fijarse en una estúpida chapita o en un insignificante chaleco, ¿entiendes?
Kaido no sabía si reír, o llorar. Aquel discurso le pareció tan gracioso y triste a la vez que no podía decidirse si hacer mofa de ello o de darle una palmadita en la espalda al kusajin.
—No, no lo entiendo. ¿Me estás diciendo que estás contento con eso de rascarte las bolas y comer dulces hasta que te salgan caries en los dientes mientras tu jodida generación demuestra su valía y tú no?
»¿Para qué ser ninja si aspirar a esa plaquita, como la llamas, te es insigniicante?
Kaido no sabía si reír, o llorar. Aquel discurso le pareció tan gracioso y triste a la vez que no podía decidirse si hacer mofa de ello o de darle una palmadita en la espalda al kusajin.
—No, no lo entiendo. ¿Me estás diciendo que estás contento con eso de rascarte las bolas y comer dulces hasta que te salgan caries en los dientes mientras tu jodida generación demuestra su valía y tú no?
»¿Para qué ser ninja si aspirar a esa plaquita, como la llamas, te es insigniicante?