17/09/2015, 01:37
(Última modificación: 17/09/2015, 01:37 por Sasagani Yota.)
-Joder, ¿Te has enterado de lo del Kyubi? Menuda masacre..-
-Imagínate que sucediese lo mismo en Uzushiogakure...-
En la aldea se había instalado aquel rumoreo. Todo el mundo lo sabía, Kusagakure había sido víctima del mal de épocas anteriores. El Kyubi, el bijuu de las nueve colas se libró del recipiente de los del norte. No llegaron a tener su jinchuriki y a cambio lo pagaron con las vidas de toda la gente de Kusagakure, y como no podía ser de otra forma, todo acabó con una cruel masacre obra del destino, un destino final más propio del demonio que de cualquier otra criatura. El nueve colas se disfrazó de demonio y no dejó nada.
No podía dejar pasar aquella oportunidad de pequeño caos en la aldea, y mi apetito aventurero de nuevo despertó, como cuando Juro y yo fuimos a ver lo que quedaba de Konoha, pero esta vez rumbo al norte, en solitario para ver lo que encontraría. Me cargué de provisiones y puse rumbo al País del Bosque a través del puente Kannabi. El viaje sería duro, eso lo tenía claro, pero con la ayuda de mi fiel mapa y con el apoyo de mis habilidades no tendría inconvenientes.
No obstante pronto acabaría descubriendo porque aquel país se llamaba como se llamaba. No era por qué sí. No señor. Aquellos bosques no tenían nada que envidiar a los que habían en el País del fuego. Eran mucho más frondosos, más sinuosos, incluso puede que más tenebrosos. De hecho, se respira un aura como mágica la mar de singular. Lo jodido era que aún me quedaba un largo trecho y seguía rodeado de aquellos hongos que desprendían aquel aroma cautivador.
Tenía curiosidad de saber como se vería todo desde las alturas, si vería el camino a seguir, si sería capaz de ver los restos de Kusagakure desde lo alto de los arboles, así que canalizando chakra en mis pies subí por uno de aquellos troncos hasta posarme sobre una de sus gruesas ramas. Joder, aquellos arboles debían ser milenarios.
Pero no vi nada más que más y más bosque.
-Joder...-
Me quejaba por lo bajo mientras decidía tomarme un pequeño descanso, reposando mi delgado trasero sobre la húmeda madera para apoyar posteriormente mis manos sobre ella con tal de recobrar un poco el aliento.
-Imagínate que sucediese lo mismo en Uzushiogakure...-
En la aldea se había instalado aquel rumoreo. Todo el mundo lo sabía, Kusagakure había sido víctima del mal de épocas anteriores. El Kyubi, el bijuu de las nueve colas se libró del recipiente de los del norte. No llegaron a tener su jinchuriki y a cambio lo pagaron con las vidas de toda la gente de Kusagakure, y como no podía ser de otra forma, todo acabó con una cruel masacre obra del destino, un destino final más propio del demonio que de cualquier otra criatura. El nueve colas se disfrazó de demonio y no dejó nada.
No podía dejar pasar aquella oportunidad de pequeño caos en la aldea, y mi apetito aventurero de nuevo despertó, como cuando Juro y yo fuimos a ver lo que quedaba de Konoha, pero esta vez rumbo al norte, en solitario para ver lo que encontraría. Me cargué de provisiones y puse rumbo al País del Bosque a través del puente Kannabi. El viaje sería duro, eso lo tenía claro, pero con la ayuda de mi fiel mapa y con el apoyo de mis habilidades no tendría inconvenientes.
No obstante pronto acabaría descubriendo porque aquel país se llamaba como se llamaba. No era por qué sí. No señor. Aquellos bosques no tenían nada que envidiar a los que habían en el País del fuego. Eran mucho más frondosos, más sinuosos, incluso puede que más tenebrosos. De hecho, se respira un aura como mágica la mar de singular. Lo jodido era que aún me quedaba un largo trecho y seguía rodeado de aquellos hongos que desprendían aquel aroma cautivador.
Tenía curiosidad de saber como se vería todo desde las alturas, si vería el camino a seguir, si sería capaz de ver los restos de Kusagakure desde lo alto de los arboles, así que canalizando chakra en mis pies subí por uno de aquellos troncos hasta posarme sobre una de sus gruesas ramas. Joder, aquellos arboles debían ser milenarios.
Pero no vi nada más que más y más bosque.
-Joder...-
Me quejaba por lo bajo mientras decidía tomarme un pequeño descanso, reposando mi delgado trasero sobre la húmeda madera para apoyar posteriormente mis manos sobre ella con tal de recobrar un poco el aliento.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa