19/09/2015, 00:52
-¡Bien! ¡Pelea, pelea!- exclamó el pelirrojo -Venga, haced que se me salten las lágrimas de tener unos grandes pupilos-
Dio un salto hacia atrás para acabar aterrizando sobre un tronco caído que se usaba a modo de banco. Y así fue, apoyo sus gruesas manos sobre la madera y las puntas de sus pies sobre la fina arena y se dispuso a empezar a realizar flexiones.
Observé de reojo lo que hacía Toyo pero aún me sentía desbordado por lo que dijo la gennin. Era claro que no quería enfrentarse a mí, sus razones tenía, pero sin embargo accedió a los deseos de Toyo-sensei y ahora la pelota estaba en mi tejado. No tenía muchas opciones y si me negaba seguramente me ganase una buena bronca.
Suspiré por lo bajo.
-Así que vas a azotarme solo por qué lo dice él, ¿Eh, Eri-chan? Pues ven con todo, quiero ver todo tu potencial-
Esperaba que no se contuviese y tenía la fe puesta en mis habilidades, las cuales eran de lo más peculiares y bastante únicas entre las murallas de Uzushiogakure. Pero nos ería yo el que diese el primer paso. Bueno en cierta manera sí. Di un par de pasos largos hacia atrás, sin perder detalle de lo que hacia la muchacha mientras alzaba mi mano diestra con los dedos enganchados, mostrando el reverso de mi mano y moví los dedos un par de veces indicándole que hiciese ella el primer movimiento.
-Primero las damas- le dije sonriente.
*¿Qué serás capaz de hacer, Eri-chan?* me preguntaba para mis adentros.
Miré de reojo hacia Toyo y seguía con sus flexiones. él también tenía una peculiar forma de observarnos. De hecho toda aquella reunión era de lo más pintoresca. Devolví la mirada a la peliazul.
Dio un salto hacia atrás para acabar aterrizando sobre un tronco caído que se usaba a modo de banco. Y así fue, apoyo sus gruesas manos sobre la madera y las puntas de sus pies sobre la fina arena y se dispuso a empezar a realizar flexiones.
Observé de reojo lo que hacía Toyo pero aún me sentía desbordado por lo que dijo la gennin. Era claro que no quería enfrentarse a mí, sus razones tenía, pero sin embargo accedió a los deseos de Toyo-sensei y ahora la pelota estaba en mi tejado. No tenía muchas opciones y si me negaba seguramente me ganase una buena bronca.
Suspiré por lo bajo.
-Así que vas a azotarme solo por qué lo dice él, ¿Eh, Eri-chan? Pues ven con todo, quiero ver todo tu potencial-
Esperaba que no se contuviese y tenía la fe puesta en mis habilidades, las cuales eran de lo más peculiares y bastante únicas entre las murallas de Uzushiogakure. Pero nos ería yo el que diese el primer paso. Bueno en cierta manera sí. Di un par de pasos largos hacia atrás, sin perder detalle de lo que hacia la muchacha mientras alzaba mi mano diestra con los dedos enganchados, mostrando el reverso de mi mano y moví los dedos un par de veces indicándole que hiciese ella el primer movimiento.
-Primero las damas- le dije sonriente.
*¿Qué serás capaz de hacer, Eri-chan?* me preguntaba para mis adentros.
Miré de reojo hacia Toyo y seguía con sus flexiones. él también tenía una peculiar forma de observarnos. De hecho toda aquella reunión era de lo más pintoresca. Devolví la mirada a la peliazul.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa