20/09/2015, 13:50
Mientras que Juro se había quedado sin habla, Yota pareció quedarse muy afectado también. Pero él empezó a vociferar sobre la idea de que estaban muertos, mientras le daba una y otra vez a su trenza nuevamente.
El concepto estaba claro, pero la anciana no parecía pillarlo. Durante unos momentos, su rostro pareció mostrar vacilación, y quizá algo similar a la tristeza. Sus ojos seguían iguales, pero su sonrisa ya no estaba. Sin embargo, ese momento de presunta debilidad desapareció, y en su rostro se formaron numerosas arrugas, frunciendo el ceño.
- Te estas pasando jovencito - le regañó - Te he invitado a mi casa de buena manera, así que no insultes a mi familia. Y baja ese tono de voz, vas a a traer a alguien.
Acto seguido, la anciana se dio la vuelta y comenzó a caminar, seguramente hacia la cocina, no sin antes volver a mirar a los cadáveres, y sonreirles. Juro tuvo un escalofrío ante aquel comportamiento. Estaba claro, la anciana no iba a aceptar tan fácilmente que su familia estaba muerta. El joven se compadecía de ella.
- Podríamos destrozarla si lo supiese... - murmuró Juro con voz igual de rota, sin moverse del sitio. No iba a sentarse con los muertos, desde luego - No se que hacer...
Por primera vez, no estaba seguro de nada. ¿La hacían entrar en razón y la dejaban destrozada? ¿La dejaban vivir en el engaño, para continuar con la poca vida que le quedaba, llena de locura?
Juro exploro nuevamente la habitación. Al lado derecho había una puerta, por la que suponía que había ido la anciana, seguramente a la cocina. ¿Como conseguirían los suministros? No estaba seguro, y le daba igual en esos momentos. Había otra en frente suyo. Al fondo de esta, un brillo metálico le sobresaltó. Había un cuchillo, ensangrentado.
- ¿Crees que... ese es el cuchillo? - le preguntó a Yota, esperando que él también lo viese. Era un cuchillo común, pequeño. Quizá lo hubiesen dejado ahí, como provocación. ¿Por qué estaría si no?
El concepto estaba claro, pero la anciana no parecía pillarlo. Durante unos momentos, su rostro pareció mostrar vacilación, y quizá algo similar a la tristeza. Sus ojos seguían iguales, pero su sonrisa ya no estaba. Sin embargo, ese momento de presunta debilidad desapareció, y en su rostro se formaron numerosas arrugas, frunciendo el ceño.
- Te estas pasando jovencito - le regañó - Te he invitado a mi casa de buena manera, así que no insultes a mi familia. Y baja ese tono de voz, vas a a traer a alguien.
Acto seguido, la anciana se dio la vuelta y comenzó a caminar, seguramente hacia la cocina, no sin antes volver a mirar a los cadáveres, y sonreirles. Juro tuvo un escalofrío ante aquel comportamiento. Estaba claro, la anciana no iba a aceptar tan fácilmente que su familia estaba muerta. El joven se compadecía de ella.
- Podríamos destrozarla si lo supiese... - murmuró Juro con voz igual de rota, sin moverse del sitio. No iba a sentarse con los muertos, desde luego - No se que hacer...
Por primera vez, no estaba seguro de nada. ¿La hacían entrar en razón y la dejaban destrozada? ¿La dejaban vivir en el engaño, para continuar con la poca vida que le quedaba, llena de locura?
Juro exploro nuevamente la habitación. Al lado derecho había una puerta, por la que suponía que había ido la anciana, seguramente a la cocina. ¿Como conseguirían los suministros? No estaba seguro, y le daba igual en esos momentos. Había otra en frente suyo. Al fondo de esta, un brillo metálico le sobresaltó. Había un cuchillo, ensangrentado.
- ¿Crees que... ese es el cuchillo? - le preguntó a Yota, esperando que él también lo viese. Era un cuchillo común, pequeño. Quizá lo hubiesen dejado ahí, como provocación. ¿Por qué estaría si no?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60