22/09/2018, 12:02
Shakkin correspondió la presentación y el saludo de ambos shinobis con brevedad e impaciencia.
—Encantado, encantado —dijo rápidamente, para luego mirar con ojos desorbitados al recién presentado Daigo—. ¿Un plan? Pues espero que lo tengáis vosotros, ¡que para algo os pago! —exclamó arisco. Quizá demasiado borde. Seguramente—. Lo… Lo siento —dijo al darse cuenta—. Se han llevado a mi hija y…
Le temblaban los labios y parecía a punto de ponerse a llorar. Se recompuso. Inspiró aire y se obligó a ser fuerte.
—Me dijeron que entregase esto al rastreador. Imagino que será usted —dijo a Etsu, sacando de su mochila una camisa blanca que procedió a entregarle—. Es de ella… Me dijeron que ayudaría.
Nada más Etsu aceptar la prenda, se montaría en el caballo.
—Vamos, ¡no hay tiempo que perder! —El caballo empezó a dar vueltas sobre sí mismo, nervioso. Le costó unos largos segundos enderezarlo en la dirección que quería con las riendas, y pese a que le espoleó, al final tuvo que darle una cachetada en el trasero para lograr que arrancase a galopar—. ¡Responderé a vuestras preguntas por el camino!
—Encantado, encantado —dijo rápidamente, para luego mirar con ojos desorbitados al recién presentado Daigo—. ¿Un plan? Pues espero que lo tengáis vosotros, ¡que para algo os pago! —exclamó arisco. Quizá demasiado borde. Seguramente—. Lo… Lo siento —dijo al darse cuenta—. Se han llevado a mi hija y…
Le temblaban los labios y parecía a punto de ponerse a llorar. Se recompuso. Inspiró aire y se obligó a ser fuerte.
—Me dijeron que entregase esto al rastreador. Imagino que será usted —dijo a Etsu, sacando de su mochila una camisa blanca que procedió a entregarle—. Es de ella… Me dijeron que ayudaría.
Nada más Etsu aceptar la prenda, se montaría en el caballo.
—Vamos, ¡no hay tiempo que perder! —El caballo empezó a dar vueltas sobre sí mismo, nervioso. Le costó unos largos segundos enderezarlo en la dirección que quería con las riendas, y pese a que le espoleó, al final tuvo que darle una cachetada en el trasero para lograr que arrancase a galopar—. ¡Responderé a vuestras preguntas por el camino!