1/10/2018, 22:44
Pero Kazuma, lejos de amedrentarse, volvió a adelantarse para insistir. Un gesto que no agradó para nada al dependiente.
—S... s... señor, cr... cr... creo haber sido bastante claro: s... s... sin dinero, no hay té. A... a... ahora debo pedirle q... q... que se marche, o me veré o... o... obligado a llamar a uno d... d... de tus superiores —concluyó, tajante como sólo un vendedor podía ser. Quedaba claro que la labia de Kazuma no iba a ser suficiente para convencerle, aquel tipo de personas estaba habituado a tratar con clientes igual o más difíciles—. A... a... además, lo que yo... yo... yo vendo son preparados de té ya triturados, n... n... no hojas enteras. N... n... nadie querría comprarlas así.
Y, como si quisiera demostrárselo, alzó una de las bolsas. Tal y como afirmaba, a través del plástico pudo ver los fragmentos ya inidentificables de la infusión de la que hablaba. Hojas reducidas prácticamente a polvo, listo para ser servido.
—S... s... señor, cr... cr... creo haber sido bastante claro: s... s... sin dinero, no hay té. A... a... ahora debo pedirle q... q... que se marche, o me veré o... o... obligado a llamar a uno d... d... de tus superiores —concluyó, tajante como sólo un vendedor podía ser. Quedaba claro que la labia de Kazuma no iba a ser suficiente para convencerle, aquel tipo de personas estaba habituado a tratar con clientes igual o más difíciles—. A... a... además, lo que yo... yo... yo vendo son preparados de té ya triturados, n... n... no hojas enteras. N... n... nadie querría comprarlas así.
Y, como si quisiera demostrárselo, alzó una de las bolsas. Tal y como afirmaba, a través del plástico pudo ver los fragmentos ya inidentificables de la infusión de la que hablaba. Hojas reducidas prácticamente a polvo, listo para ser servido.