Para su suerte, el otro chico resultó ser bastante amable y cortés. "Ay, pero qué modales~" Río divertido al notar que aquel grandulón en realidad tenía un carácter aparentemente dócil a primera vista. Si bien no era un saludo al que estaba habituado, decidió corresponder al darle la mano con total confianza sin dejar de sonreír y mostrar su blanca dentadura. —Yo soy Rōga, King Rōga— Se presentó pronunciando su nombre con muchísimo orgullo. "¡Hombre!, que no todos pueden darse el lujo de tener un nombre que suene tan espectacular cómo el mío". Se dijo divertido mientras cesaba el apretón.
—Ñeeee. Mejor aquí que en lugar dónde pueda dar lugar a malos entendidos, hoy en día un ninja no puede pisar cualquier lugar sólo por que sí...— Refunfuñó, con algo de desgano. —Men, igual no pude ignorar para nada tus prácticas, y no lo digo por ese pelo tuyo eh. Pero te seré sincero, sólo con verte dar un par de golpes distingo algo muy único—. No sabía cómo iba a reaccionar el otro al tocar de lleno el tema de sus habilidades, pues se suponía que un ninja debía ser cauteloso a la hora de mantener en secreto sus habilidades. "Ni hablar en estos tiempos."
—Ñeeee. Mejor aquí que en lugar dónde pueda dar lugar a malos entendidos, hoy en día un ninja no puede pisar cualquier lugar sólo por que sí...— Refunfuñó, con algo de desgano. —Men, igual no pude ignorar para nada tus prácticas, y no lo digo por ese pelo tuyo eh. Pero te seré sincero, sólo con verte dar un par de golpes distingo algo muy único—. No sabía cómo iba a reaccionar el otro al tocar de lleno el tema de sus habilidades, pues se suponía que un ninja debía ser cauteloso a la hora de mantener en secreto sus habilidades. "Ni hablar en estos tiempos."