21/10/2018, 13:54
Higeki notó el agarre de su compañero sobre su cuello, la familiaridad con la que este le trataba le resultaba, hasta cierto punto, extraña, pues, quien no lo supiese podría creer que eran amigos desde hacia ya bastante tiempo, no obstante, era todo lo contrario. Al notar aquel apretón y al escuchar aquellas palabras que pretendían dotar al joven de un poco mas de confianza, Higeki simplemente le sonrió. Fue una sonrisa leve, que parecía sincera, no obstante, el genin aun no se sentía tan confiado como podían estarlo sus compañeros.
Roga tiro de él, aun en aquel agarre tan familiar, y lo condujo hasta la carreta. El pálido no opuso ninguna resistencia ante esto, pues no quería enfrentarse al contrario pese a que le resultaba incomodo que alguien estuviese tan cerca suyo y porque sabía que aquel joven no lo hacía a mala fe, sino más bien al contrario, seguramente pretendía hacerle sentir mejor.
El joven subió con relativo cuidado al vehículo y una vez en este se sentó, al lado de Roga, suponiendo que era lo que se esperaba de él.
<Que chico más curioso.> Pensó Higeki mientras cruzaba las piernas, buscando la posición mas cómoda para estar sentado. Si tenían dos días de viaje hasta aquel lugar donde deberían de ayudar a recoger escombros podría aprovechar aquel tiempo para la meditación. Ai siempre le insistía en que la meditación era incluso más importante que la practica de sus técnicas, así que no debía descuidarla ni un solo momento.
Con esto en mente el joven cerro los ojos y dejo las manos reposando sobre sus piernas, notando como el carro avanzaba por el camino debido a los pequeños botes que daba este. Poco a poco el joven fue concentrándose, escuchando el rumor de la lluvia que caía sobre ellos.
Higeki nunca había sido una persona muy conversadora y solía ser alguien bastante cerrado a los demás y ese hecho se demostraba en algunas ocasiones cuando hacía cosas que, seguramente, no serían del todo políticamente correctas. Este sin duda era un buen ejemplo de aquellas situaciones. El joven se había puesto a meditar, obviando por completo a sus compañeros de misión.
Roga tiro de él, aun en aquel agarre tan familiar, y lo condujo hasta la carreta. El pálido no opuso ninguna resistencia ante esto, pues no quería enfrentarse al contrario pese a que le resultaba incomodo que alguien estuviese tan cerca suyo y porque sabía que aquel joven no lo hacía a mala fe, sino más bien al contrario, seguramente pretendía hacerle sentir mejor.
El joven subió con relativo cuidado al vehículo y una vez en este se sentó, al lado de Roga, suponiendo que era lo que se esperaba de él.
<Que chico más curioso.> Pensó Higeki mientras cruzaba las piernas, buscando la posición mas cómoda para estar sentado. Si tenían dos días de viaje hasta aquel lugar donde deberían de ayudar a recoger escombros podría aprovechar aquel tiempo para la meditación. Ai siempre le insistía en que la meditación era incluso más importante que la practica de sus técnicas, así que no debía descuidarla ni un solo momento.
Con esto en mente el joven cerro los ojos y dejo las manos reposando sobre sus piernas, notando como el carro avanzaba por el camino debido a los pequeños botes que daba este. Poco a poco el joven fue concentrándose, escuchando el rumor de la lluvia que caía sobre ellos.
Higeki nunca había sido una persona muy conversadora y solía ser alguien bastante cerrado a los demás y ese hecho se demostraba en algunas ocasiones cuando hacía cosas que, seguramente, no serían del todo políticamente correctas. Este sin duda era un buen ejemplo de aquellas situaciones. El joven se había puesto a meditar, obviando por completo a sus compañeros de misión.