21/10/2018, 18:59
Algunos días después...
¿Qué hacíamos exactamente en el País del Fuego? Recapitulando. Había dejado Amegakure por fines personales: Quería encontrar algún tipo de información sobre esos malditos bandidos, ninjas, o lo que fuese, que destruyeron mi hogar. Hasta el día de hoy esos recuerdos demoniacos atormentaban mi mente. De alguna manera tenía que superar ese maldito pasado. Así es, tenía que enfrentarlo. ¿Y qué mejor manera que aplicarle la misma medicina a esos criminales?
Sin embargo no había tenido éxito en mi estadía dentro del País del Fuego. Descubrí algunos secretos de las personas que habitaban allí: Algunas infidelidades, que odiaban su propio Gobierno por razones personales, que no se habían atrevido a decirle a sus padres que eran homosexual... ¿Qué? Bueno. No eran secretos de mi incumbencia. Lo que realmente me interesaba no estaba en los alrededores. Incluso, me dirigí a los cuarteles policiacos de la villa para buscar sus rostros en los carteles de los más buscados, pero nada de nada.
Quizás mis días en el País del Fuego estaban terminando. No me quedaba mucho dinero. Tenía que regresar a Amegakure para estar a salvo, económicamente hablando. Lamentablemente ya las tripas empezaban a rugirle. "Ay, carajo..." - Y ella siguió caminando por las calles de la ciudad, pero cada vez lo hacía a paso más lento. Quizás la mochila que llevaba a sus espaldas empezaba a pesar más de la cuenta... ¡Imposible! "¿Dónde estará ese idiota...?" - No quería depender de Aoshin, pero fue la única persona que llegó a conocer en su estadía dentro del País del Fuego. Normalmente no lo hubiera buscado, pero ahora tenía una emergencia: ¡Tenía hambre! Y quería que le comprara algo de comer... Sushi, Sashimi, ¡lo que fuera, pero que la alimentara!
"Quizás regresó a su aldea, el idiota..." - Bah. ¿Para qué lo necesitaba? Ella bien podía... "...ir de pesca. Lo que no quería." - Genial. Ahora tenía que matar algunos pobres animales inocentes con tal de alimentarse. Que flojera.
Así fue como se dirigió al río. La necesidad la había empujado hasta allá. Internamente había estado peleando con sus deseos internos de robar algun pan, pero vamos. Ahora estaba viviendo en lo que los humanos llamaban "Una Sociedad Civilizada." Podía robar, pero moralmente no estaba aceptado. ¡Ugh! ¡Y entonces la que tenía que morir de hambre o pasar trabajo era ella! Bueno... Que mas daba. Estaba acostumbrada a la vida dura del pobretón. Por un lado extrañaba las tierras nevadas. Al menos ahí podía robarle a algún pobre diablo.
Finalmente llegó frente a un río. Era vasto y profundo, pero en la orilla pudo encontrar par de peces con caras de idiotas. ".... ¿Qué con ellos...?"
Como de costumbre, tiró su mochila debajo de un árbol. Su bandana ninja estaba dentro de sus pertenencias, así que de momento no se podía saber que pertenecía a Amegakure. Ella prefería ser cautelosa con decir su procedencia. Nunca se sabía que tipo de loco podría usar eso a su favor. Además de que, tal y como las sombras, prefería pasar por desapercibida. En esos momentos sacó dos kunais de su mochila y se dirigió frente al río. Alzó el kunai en brazos. Su mirada se clavó con la de los peces. Los peces clavaron su mirada en ella. Seguía mirando los peces a los ojos. Los peces la miraban a ella. ¡Ella miraba a los peces! ¡Su mano comenzó a temblar y...!
Cayó al suelo.
"Llegué a este lugar tan decidida, y al final no pude hacerlo, ¿huh...?" - Miró al agua y vió como los peces se acercaron a la orilla. La fémina llevó su mano a la cabeza de uno de ellos para acariciarlo. Sabía que podía capturarlos con su técnica de sombras y darle fin. Y no es que fuera la más vegetariana del mundo, pero entre matar un criminal a matar un inocente había un gran... Espera, un animal inocente... No era cualquier inocente. Era un animal inocente.
"Mejor me aguanto y como frutas. Al demonio con esto." - Pensó para levantarse molesta del lugar. Pero al darse la vuelta notó que estaba rodeada de... "¿Huh?"
???: Hasta que al fin notas nuestra presencia.
???: ¿Qué tenemos aquí, babe?
???: Pertenencias y carne fresca para la noche.
No eran los bandidos que estaba buscando, pero eran unos bandidos de relleno que no aportaban nada a la historia y que ahora estaban ahí, rodeándola. Ellos traían algunos sacos de quien-sabe-que-cosa. Alrededor de cinco tipos mal intencionados se habían encontrado con la fémina y aplicaban mas o menos su propia medicina: Iban a robarle y a tomarla de rehén, no, peor que eso. Iban a...
-Tsk... - Se puso en guardia mientras miraba y contaba con los ojos a cada uno de ellos. Observaba a su alrededor para planear rutas de escape o buscar algún tipo de... Escenario, cosa, o lo que fuera, que pudiera usar para su ventaja. Habían sombras, muchas sombras, y el sol iluminaba tenuemente el lugar. Sus rayos de luz pasaban por las hojas acariciando algunas partes del escenario. ¿A cuántos podría atrapar a la vez? Y de atraparlos, ¿por cuánto tiempo lo haría? ¿Cuál sería su plan de escape? Dependiendo de la velocidad de esos ladrones, o ninjas, o lo que fuera, ir por el río podría ser suicidio. La podían ahogar si les daba la gana. Mejor era no tentar la idea.
Uno de los bandidos estaba completamente tapado y fue el primero en lanzarse hacia la fémina, quien en esos momentos se le olvidó hasta el hambre que tenía por la situación en la que estaba. Saltó hacia el lado izquierdo poco antes de que el bandido llegara hacia ella y lanzara un enorme zarpazo con una ... ¿¡Garra!? "¿¡Qué...!?" - Ella trataba de calcular el largo del alcanze de ese objeto nunca antes visto, entre las risas de los demás bandidos y uno de ellos recordándole que no la matara.
Fue cuando tropezó con una piedra y cayó de sentón. El bandido de la Garra estaba a algunos metros al frente. "Tsk... No quería usar "esa" técnica..." - Porque prefería mantener sus habilidades en secreto. Y sin embargo ahora se veía forzada a hacerlo para escapar a la ... Ciudad del País del Fuego o lo que fuera. ¡Solo por comer un poco ya se había metido en problemas! ¡Demonios! El agresor saltó en lo alto y denuevo, se dirigía con su enorme garra hacia ella. "¡C-Carajo...! ¡Hoy no es el día en el que pase a la otra vida! ¡Hijos de la...!"