21/10/2018, 19:33
Lamentablemen te el Taijutsu no era su punto fuerte, pero Akasha solía pasarse por las zonas de entrenamiento a observar la manera de entrenar de otros estudiantes o profesores. Necesitaba recopilar información para estar preparada mentalmente para cuando llegara el momento de pelear por su cuenta. De momento, en las Tierras Nevadas solo había tenido combates callejeros, y había sobrevivido a una guerra por pura suert... No, por la protección de sus padres, donde lamentablemente fallecieron. Pero ella sabía que no iba a depender de nade a partir de ese punto. Lo único que tenía eran las técnicas del clan Nara y peleas a las que había sobrevivido por alguna que otra razón.
Al ingresar a Amegakure se dió cuenta que el mundo estaba lleno de más peligros de los que había visto. Habían más estilos de pelea, no solo los callejeros y desorganizados que ya había visto antes. La Guerra que vivió fue un ejemplo de esos estilos, pero fue un suceso tan traumante que no había pensado en eso a fondo, no hasta llegar a la Academia Ninja de Ame, pues ni ella misma supo que demonios pasó en ese evento trágico de su pasado.
Pero todo empezaba a tomar forma en la Academia Ninja, y muchas de sus preguntas eran respondidas mediante análisis, observación, estudios, y obviamente, preguntarle a otros. Fue por eso que la jóven Nara practicaba ese tipo de ejercicios: Observar a otros no solo en comportamiento, sino en entrenamiento.
Llegó a la Academia para observar, encontrándose con un grupo de estudiantes practicando Taijutsu alrededor de Karamaru. Varios practicaban el mismo patrón, pero otros practicaban diferentes movidas. Pasaba el tiempo y cada jóven iba retirándose, ya fuese por el cansancio, o por alguna otra razón personal. Finalmente, Akasha vió como tan solo quedaba uno... Un jóven que a pesar de las fuertes condiciones climatológicas y del cansancio, seguía allí, de pie.
-....... - Sus vacíos ojos se quedaron admirando al jóven calvo. Lo notaba, él ya estaba cansado, pero aun así seguía firme, en pie, y le daba su respectivo honor por eso. En una guerra no habría tiempo para el descanso y a veces tu vida dependía de cuanto pudieras aguantar a pesar de todo, ¿verdad? Si él caía, si él dejaba de entrenar, el enemigo se aprovecharía y cortaría su cabeza. Le darían muerte. ¿Por eso entrenaba? ¿Para sobrepasar su resistencia? ¿Para ir más allá de su límite? ¿O es por alguna otra razón? Quizás el conocía eso y seguía dando el máximo, y sin embargo él a diferencia de los que se fueron... No, él a diferencia de ella seguía luchando contra el cansancio.
Se miró las manos. "No es mi mejor atributo, pero..." - Dejó la mochila en unos banquitos y con timidez se acercó al chico, manteniéndo distancia para no interrumpirlo. "Es mejor hacer algo, a hacer nada, ¿verdad?" - Se sonrrojó y empezó a imitar los movimientos de Karamaru. Al principio la vergüenza rodeaba su cuerpo y lanzaba los golpes con timidez, pero pronto el calor comenzó a inundar su cuerpo y lanzaba golpes más decididos. -..... - En silencio, bajo la lluvia, buscaba fortalecer sus debilidades teniéndo al jóven calvo como algún tipo de inspiración. Sabía que era un sueño lo que estaba haciéndo. El Taijutsu nunca sería su fuerte, pero quizás pudiera aprender algo de eso. No sabía que exactamente, pero quizás... "Uno, dos, tres, cuatro..." - ...ella también pudiera ir más allá de su límite.
Al ingresar a Amegakure se dió cuenta que el mundo estaba lleno de más peligros de los que había visto. Habían más estilos de pelea, no solo los callejeros y desorganizados que ya había visto antes. La Guerra que vivió fue un ejemplo de esos estilos, pero fue un suceso tan traumante que no había pensado en eso a fondo, no hasta llegar a la Academia Ninja de Ame, pues ni ella misma supo que demonios pasó en ese evento trágico de su pasado.
Pero todo empezaba a tomar forma en la Academia Ninja, y muchas de sus preguntas eran respondidas mediante análisis, observación, estudios, y obviamente, preguntarle a otros. Fue por eso que la jóven Nara practicaba ese tipo de ejercicios: Observar a otros no solo en comportamiento, sino en entrenamiento.
Llegó a la Academia para observar, encontrándose con un grupo de estudiantes practicando Taijutsu alrededor de Karamaru. Varios practicaban el mismo patrón, pero otros practicaban diferentes movidas. Pasaba el tiempo y cada jóven iba retirándose, ya fuese por el cansancio, o por alguna otra razón personal. Finalmente, Akasha vió como tan solo quedaba uno... Un jóven que a pesar de las fuertes condiciones climatológicas y del cansancio, seguía allí, de pie.
-....... - Sus vacíos ojos se quedaron admirando al jóven calvo. Lo notaba, él ya estaba cansado, pero aun así seguía firme, en pie, y le daba su respectivo honor por eso. En una guerra no habría tiempo para el descanso y a veces tu vida dependía de cuanto pudieras aguantar a pesar de todo, ¿verdad? Si él caía, si él dejaba de entrenar, el enemigo se aprovecharía y cortaría su cabeza. Le darían muerte. ¿Por eso entrenaba? ¿Para sobrepasar su resistencia? ¿Para ir más allá de su límite? ¿O es por alguna otra razón? Quizás el conocía eso y seguía dando el máximo, y sin embargo él a diferencia de los que se fueron... No, él a diferencia de ella seguía luchando contra el cansancio.
Se miró las manos. "No es mi mejor atributo, pero..." - Dejó la mochila en unos banquitos y con timidez se acercó al chico, manteniéndo distancia para no interrumpirlo. "Es mejor hacer algo, a hacer nada, ¿verdad?" - Se sonrrojó y empezó a imitar los movimientos de Karamaru. Al principio la vergüenza rodeaba su cuerpo y lanzaba los golpes con timidez, pero pronto el calor comenzó a inundar su cuerpo y lanzaba golpes más decididos. -..... - En silencio, bajo la lluvia, buscaba fortalecer sus debilidades teniéndo al jóven calvo como algún tipo de inspiración. Sabía que era un sueño lo que estaba haciéndo. El Taijutsu nunca sería su fuerte, pero quizás pudiera aprender algo de eso. No sabía que exactamente, pero quizás... "Uno, dos, tres, cuatro..." - ...ella también pudiera ir más allá de su límite.