25/10/2018, 17:34
Era de noche, todo había tomado un tono azulado y la temperatura había disminuido un poco, lo coherente de la estación que estaban. Daigo y Geki iban caminando uno a lado del otro, lo hacían desde que partieron de la ultima ciudad escala que utilizaron para descansar.
Iluminados por una luna blanca y redonda sobre sus cabezas. El silencio hacía que las pisadas sobre la grava se escucharan más fuertes, mientras que un coro de insectos cantaba a lo lejos. La meta se iba anunciando, poco a poco, como un amanecer, el anaranjado de las luces artificiales iba apareciendo en el horizonte, haciendo aviso de que el pueblo no estaba muy lejos.
*Ahí está* Geki dió una bocanada de aire frío que le seco la garganta, lo hizo carraspear y lo devolvió en forma de vaho. Apretó los puños, como si estuviera listo para dar batalla pero se giró hacia Daigo, que iba tranquilo, o al menos eso parecencia.
-¿Deberíamos quitarnos los distintivos de ninjas?
Preguntó el genin, por si era de conveniencia para ellos pasar desapercibidos, al menos al momento de su llegada, para que no supieran quienes eran, a veces el anonimato otorgaba ciertas ventajas. Y más a las personas que no eran de ese lugar. Si era un pueblo pequeño los reconocerían fácilmente. Así lo había notado en la escala.
Anteriormente, Daigo había propuesto descansar en Tane-Shigai una ciudad enorme construida completamente de madera. Ahí fueron los genins y desde su llegada todo había transcurrido con normalidad, las comidas, los descansos y las charlas. Pero algo le había hecho ruido a Geki. Percibió, en el acierto o en el error, que mucha gente le llamaba la atención la bandana de Kusagakure que portaba en su cabeza. A veces, quizá sin anunciarlo, preferían evitarlos o directamente no tener trato con ellos. esto podría haber sido pura maquinación de la cabeza del joven debido al estrés de la misión. La noche de descanso había transcurrido con normalidad y ahora se encontraban llegando a su objetivo, pero había quedado intranquilo y prefería consultarlo.
Iluminados por una luna blanca y redonda sobre sus cabezas. El silencio hacía que las pisadas sobre la grava se escucharan más fuertes, mientras que un coro de insectos cantaba a lo lejos. La meta se iba anunciando, poco a poco, como un amanecer, el anaranjado de las luces artificiales iba apareciendo en el horizonte, haciendo aviso de que el pueblo no estaba muy lejos.
*Ahí está* Geki dió una bocanada de aire frío que le seco la garganta, lo hizo carraspear y lo devolvió en forma de vaho. Apretó los puños, como si estuviera listo para dar batalla pero se giró hacia Daigo, que iba tranquilo, o al menos eso parecencia.
-¿Deberíamos quitarnos los distintivos de ninjas?
Preguntó el genin, por si era de conveniencia para ellos pasar desapercibidos, al menos al momento de su llegada, para que no supieran quienes eran, a veces el anonimato otorgaba ciertas ventajas. Y más a las personas que no eran de ese lugar. Si era un pueblo pequeño los reconocerían fácilmente. Así lo había notado en la escala.
Anteriormente, Daigo había propuesto descansar en Tane-Shigai una ciudad enorme construida completamente de madera. Ahí fueron los genins y desde su llegada todo había transcurrido con normalidad, las comidas, los descansos y las charlas. Pero algo le había hecho ruido a Geki. Percibió, en el acierto o en el error, que mucha gente le llamaba la atención la bandana de Kusagakure que portaba en su cabeza. A veces, quizá sin anunciarlo, preferían evitarlos o directamente no tener trato con ellos. esto podría haber sido pura maquinación de la cabeza del joven debido al estrés de la misión. La noche de descanso había transcurrido con normalidad y ahora se encontraban llegando a su objetivo, pero había quedado intranquilo y prefería consultarlo.