25/10/2018, 21:27
Y es que... Quería ser una gran ninja. Dejándo de lado las veces que se quedaba en su oscura habitación, los estudios teóricos y con entrenamiento, o el tentar otras personas para sacar algo de ventaja -ya fuese comida, algún objeto o inetntar llenar un vacío-, había algo que hacía que una pequeña llama se prendiera dentro de sí: El deseo de hacerse fuerte a como de lugar para encontrar esa venganza. Solo que ella no había encontrado ese camino, su camino del ninja. No aún.
Si bien tenía más o menos una idea de como era su estilo de lucha, no se había cerrado las puertas a ese estilo de lucha en específico. Quería probar otros caminos antes de decir con certeza que su camino era el Ninjutsu. ¿Qué podía hacer exactamente la jóven Nara para sacar lo mejor de si? ¿Cómo podía evolucionar si no tenía un maestro? Todo este tiempo había estado sola, con poca o nada de ayuda, evolucionando por sí misma, aprendiendo mediante estudios y métodos de observación, aplicación. Quizás como algún otro ninja en Amegakure, o en el mundo entero, o quizás ella era única en ese aspecto, solo la vida sabría decirle.
Sabía que algún día se encontraría con enemigos que la acorralarían, y si ella no tenía las fuerza suficiente para salir de eso, entonces ¿qué haría? -..... - Solo era una jóven Nara intentando ir más allá de su potencial. Quizás sobre-pensando, quizás haciéndo un nuevo camino. Fuese como fuese, tenía que estar preparada para la peor situación posible. Ejercitar su cuerpo, perder algunos kilos -a pesar de lo flaca que estaba-... ¿Y si combinaba su manejo de sombras con Taijutsu? ¿Qué estilo de lucha saldría de eso? ¿Estaba tarde para comenzar o podía hacerlo...?
- Perdón, pero puedo preguntar qué es lo que estás haciendo, ¿Qué haces acá?
-¡Entrenando! - Mencionó sin voltear a mirarlo, sin dejar de imitar el patrón de los movimientos que había hecho antes ese ninja calvo cuyo nombre desconocía, un ninja que de alguna manera la había motivado a ir más allá. Con tan solo mirarlo por algunas horas, con tan solo observar como el susodicho no dejaba de entrenar ni aunque estuviera bajo las lluvias torrenciales a pesar de que los otros se alejaban a sus casas... -¿¡No lo ves!? - Dejaba salir su respiración por la boca. -¡Te estoy imitando para volverme fuerte, baka!
Akasha no conocía nada de Karamaru, nada. Pero solo observarle entrenar durante horas bajo esas condiciones le bastó para hacer lo que estaba haciéndo. ¿Un modelo a seguir...? Hmmmm... Como dijimos, no conocía nada de él, pero... De alguna forma él la motivó a dejar de sobre-analizar las cosas y poner manos a la obra.
Si bien tenía más o menos una idea de como era su estilo de lucha, no se había cerrado las puertas a ese estilo de lucha en específico. Quería probar otros caminos antes de decir con certeza que su camino era el Ninjutsu. ¿Qué podía hacer exactamente la jóven Nara para sacar lo mejor de si? ¿Cómo podía evolucionar si no tenía un maestro? Todo este tiempo había estado sola, con poca o nada de ayuda, evolucionando por sí misma, aprendiendo mediante estudios y métodos de observación, aplicación. Quizás como algún otro ninja en Amegakure, o en el mundo entero, o quizás ella era única en ese aspecto, solo la vida sabría decirle.
Sabía que algún día se encontraría con enemigos que la acorralarían, y si ella no tenía las fuerza suficiente para salir de eso, entonces ¿qué haría? -..... - Solo era una jóven Nara intentando ir más allá de su potencial. Quizás sobre-pensando, quizás haciéndo un nuevo camino. Fuese como fuese, tenía que estar preparada para la peor situación posible. Ejercitar su cuerpo, perder algunos kilos -a pesar de lo flaca que estaba-... ¿Y si combinaba su manejo de sombras con Taijutsu? ¿Qué estilo de lucha saldría de eso? ¿Estaba tarde para comenzar o podía hacerlo...?
- Perdón, pero puedo preguntar qué es lo que estás haciendo, ¿Qué haces acá?
-¡Entrenando! - Mencionó sin voltear a mirarlo, sin dejar de imitar el patrón de los movimientos que había hecho antes ese ninja calvo cuyo nombre desconocía, un ninja que de alguna manera la había motivado a ir más allá. Con tan solo mirarlo por algunas horas, con tan solo observar como el susodicho no dejaba de entrenar ni aunque estuviera bajo las lluvias torrenciales a pesar de que los otros se alejaban a sus casas... -¿¡No lo ves!? - Dejaba salir su respiración por la boca. -¡Te estoy imitando para volverme fuerte, baka!
Akasha no conocía nada de Karamaru, nada. Pero solo observarle entrenar durante horas bajo esas condiciones le bastó para hacer lo que estaba haciéndo. ¿Un modelo a seguir...? Hmmmm... Como dijimos, no conocía nada de él, pero... De alguna forma él la motivó a dejar de sobre-analizar las cosas y poner manos a la obra.