26/10/2018, 02:49
Esta vez la pelinegra había decidido quedarse como observadora. Frente a sus ojos estaba la batalla de un Chuunin contra un bandido enojado. "Será idiota..." - La pelinegra no solo había pensado eso porque el bandido no respetaba una insignia ninja, sino porque ese quedó con el arma enemiga en manos... El arma enemiga... Arma... Enemiga. ¡Vamos!
-Un Kanji. - Nada raro para él. ¡Vamos! ¡Era solo un Kanji!
Por otro lado, Akasha no sabía lo que había escrito en el mango del kunai, pero sabía que no era buena idea tomar armas ajenas a no ser que la situación le ameritara -es decir, que se tomaran las medidas precavidas para ello-. Y dudaba que, por la actitud de Datsue... Esa actitud tan "ligera" de hacer su aparición y saludar como si nada, éste no hubiera preparado algo, a no ser que el tipo fuera un idiota.
Pero la espera le dejaría saber que Datsue no era ningún idiota. Notó como el contrario estaba haciéndo unos sellos rápidos. No pudo seguir con la vista todos los sellos utilizados, pero reconoció la maniobra.
Poco después el tipo lanzó cinco bolas de fuego... "¡Demonios!" - La kunoichi tomó este ataque en serio y saltó hacia atrás para mantenerse alejada de las llamas. No quería ser calcinada en medio del combate.
-¡Aaaagh! - El bandido vió aquellas esferas ígneas bajar hacia él. -¡Ja! - Y comenzó a dar saltos hacia atrás en un intento para esquivar las esferas, sin soltar el kunai. Pero sus intentos serían inútiles. Una de las esferas le rozó el cuerpo, la otra golpeó su brazo izquierdo. -¡Aaarrrgh! - Pero el hombre no se rendía. ¡Era el líder de una banda, vamos! Eso era lo que decía su orgullo. ¡No podía morir calcinado por una maldita técnica ninja!
-J-Jefe... - El otro hombre restante miraba atónico lo que sucedía y cayó de rodillas al suelo. Los deseos de tomar venganza en contra de la bruja se iban apagando al ver ese ataque tan catastrófico, claro, a sus ojos.
—¡Estoy al lado de la justicia!
"Justicia..." - Por un momento la kunoichi bajó la guardia. Entonces ¿él estaba ahí para ayudarla? ¿O había dicho palabras que representarían un arma de doble filo para ella?
-¡¡¡ME LAS PAGARÁS, MALDITO NINJAAAAAAA!!! - Pero al parecer el hombre... Se encontraba en aprietos cuando gritó a los cuatro vientos aquella maldición. Parte de su cuerpo ya estaba quemado y él por alguna razón seguía sin soltar el arma. Quería herir o matar al ninja con ese kunai.
"¿Qué está pasando...?" - Bueno, obviamente el bandido se estaba quemando, pero Akasha no se refería a la situación que se veía a simple vista.
-¡Ríndase, Jefe! ¡Por favor!
-¡¡¡EL LEGADO DE LOS BANDIT NO FUE CONSTRUÍDO PARA ESTO!!! - Gritó dejando salir toda la baba de su boca ante el llamado de atención a su subordinado.
-Un Kanji. - Nada raro para él. ¡Vamos! ¡Era solo un Kanji!
Por otro lado, Akasha no sabía lo que había escrito en el mango del kunai, pero sabía que no era buena idea tomar armas ajenas a no ser que la situación le ameritara -es decir, que se tomaran las medidas precavidas para ello-. Y dudaba que, por la actitud de Datsue... Esa actitud tan "ligera" de hacer su aparición y saludar como si nada, éste no hubiera preparado algo, a no ser que el tipo fuera un idiota.
Pero la espera le dejaría saber que Datsue no era ningún idiota. Notó como el contrario estaba haciéndo unos sellos rápidos. No pudo seguir con la vista todos los sellos utilizados, pero reconoció la maniobra.
Poco después el tipo lanzó cinco bolas de fuego... "¡Demonios!" - La kunoichi tomó este ataque en serio y saltó hacia atrás para mantenerse alejada de las llamas. No quería ser calcinada en medio del combate.
-¡Aaaagh! - El bandido vió aquellas esferas ígneas bajar hacia él. -¡Ja! - Y comenzó a dar saltos hacia atrás en un intento para esquivar las esferas, sin soltar el kunai. Pero sus intentos serían inútiles. Una de las esferas le rozó el cuerpo, la otra golpeó su brazo izquierdo. -¡Aaarrrgh! - Pero el hombre no se rendía. ¡Era el líder de una banda, vamos! Eso era lo que decía su orgullo. ¡No podía morir calcinado por una maldita técnica ninja!
-J-Jefe... - El otro hombre restante miraba atónico lo que sucedía y cayó de rodillas al suelo. Los deseos de tomar venganza en contra de la bruja se iban apagando al ver ese ataque tan catastrófico, claro, a sus ojos.
—¡Estoy al lado de la justicia!
"Justicia..." - Por un momento la kunoichi bajó la guardia. Entonces ¿él estaba ahí para ayudarla? ¿O había dicho palabras que representarían un arma de doble filo para ella?
-¡¡¡ME LAS PAGARÁS, MALDITO NINJAAAAAAA!!! - Pero al parecer el hombre... Se encontraba en aprietos cuando gritó a los cuatro vientos aquella maldición. Parte de su cuerpo ya estaba quemado y él por alguna razón seguía sin soltar el arma. Quería herir o matar al ninja con ese kunai.
"¿Qué está pasando...?" - Bueno, obviamente el bandido se estaba quemando, pero Akasha no se refería a la situación que se veía a simple vista.
-¡Ríndase, Jefe! ¡Por favor!
-¡¡¡EL LEGADO DE LOS BANDIT NO FUE CONSTRUÍDO PARA ESTO!!! - Gritó dejando salir toda la baba de su boca ante el llamado de atención a su subordinado.