27/10/2018, 04:40
Tal parece que ninguno de los dos se explicaba el como demonios pasó, solo pasó. Si se lo contaban a alguien más probablemente no lo creerían. Era una situación del "Ver para creer." Un hombre siendo devorado en pleno río por monstruos marinos. Ni Datsue ni Akasha podían explicarse como. Ellos solo... Miraban. La fémina se hubiera reído de la reacción de su acompañante si no fuera porque estaba embobada mirando los acontecimientos.
La jóven reaccionó tan pronto escuchó al muchacho dirigiéndose a ella con preguntas básicas para alguien que recién había salido de un peligro. —Sí… Esto… ¿Estás bien? Quiero decir… ¿Te llevaste algún golpe en la cabeza o algo, mientras esos malnacidos te atacaban? - Giró para tratar de ignorar lo que pasó en el río y retrocedió un poco del cuerpo de agua para asegurarse de que un pez no se quedara hambriento y viniera por ella, sobretodo los largos, que parecían ser los más salvajes.
-Pues, si. Estoy bien. S-Solo pasé el susto. - Se verificó el cuerpo para ver si no tenía algún tajo que no hubiera sentido antes por la adrenalina. -Fuera de la sangre del idiota ese... - Sus vestimentas estaban llenas de sangre por lo que había pasado. Y ella que justo quería bañarse en el río para limpiarse. -Demonios. No voy a poder entrar a ninguna villa con esta ropa. E-Es decir, se van a asustar y empezarán a interrogarme. No podré decir que fue el periodo porque tengo sangre hasta en el cabello... Pero el periodo también es raro y te mancha hasta donde no te imaginas. ¡Aaayy no! ¿¡Qué estoy diciendo!? - Empezó a reír de los nervios. Quizás lo de los peces la había dejado mas mal que los mismos bandidos. -Al demonio todo, tendré que decir que me atacaron. No seré ni la primera ni la última persona que atacan. ¿Por qué me hago tanto lío? Ya no puedo pensar bien. - Quizás el hambre la tenía mal o quien sabe que le pasaba. -No. No me llevé golpes a la cabeza.
-¿Qué hay de ti? ¿Estas bien? Bueno , tenías todo bajo control pero aun así... ¿Todo bien, verdad? ¿No te cansaste ni te hiciste nada allí parado? - Le tocó la frente con el dorso de su mano para ver si tenía fiebre. -¿No estas bajo los efectos de un hongo? - Aunque la pregunta mas bien se la hacía por los ojos. Hace tiempo no veía unos ojos tan rojos y... Extraños.
La fémina miró hacia un lado y vió unos sacos. Eran los sacos que los bandidos habían traído antes y estaban ahí tirados. Los habían olvidado, o simplemente eran los sacos de los que habían fallecido.
-E-Espera... ¡Mira eso...! - Salió corriendo hacia uno de los sacos, se arrodilló y empezó a abrirlos. -¡Joyas...! - Y seguía sacando cosas de ahí. -Ropa... Dinero... ¡C-Comidaaaaaaaaaaa! - Sacó unas bandejitas cerradas, eran varias las que habían allá adentro. -¡Mira, mira, comida japonesa! ¡Los Dioses nos han bendecido! - Le brillaban los ojitos y se le salía la babita. Giró y extendiendo el brazo le ofreció una bandejilla al chico. -¿Quieres? Porque si no quieres me lo como yo todo. Tehe... Hehehehe... Aunque deberíamos movernos de lugar. No quiero que nos encuentren aquí y nos interroguen. ¡Kyaaaa!
La jóven reaccionó tan pronto escuchó al muchacho dirigiéndose a ella con preguntas básicas para alguien que recién había salido de un peligro. —Sí… Esto… ¿Estás bien? Quiero decir… ¿Te llevaste algún golpe en la cabeza o algo, mientras esos malnacidos te atacaban? - Giró para tratar de ignorar lo que pasó en el río y retrocedió un poco del cuerpo de agua para asegurarse de que un pez no se quedara hambriento y viniera por ella, sobretodo los largos, que parecían ser los más salvajes.
-Pues, si. Estoy bien. S-Solo pasé el susto. - Se verificó el cuerpo para ver si no tenía algún tajo que no hubiera sentido antes por la adrenalina. -Fuera de la sangre del idiota ese... - Sus vestimentas estaban llenas de sangre por lo que había pasado. Y ella que justo quería bañarse en el río para limpiarse. -Demonios. No voy a poder entrar a ninguna villa con esta ropa. E-Es decir, se van a asustar y empezarán a interrogarme. No podré decir que fue el periodo porque tengo sangre hasta en el cabello... Pero el periodo también es raro y te mancha hasta donde no te imaginas. ¡Aaayy no! ¿¡Qué estoy diciendo!? - Empezó a reír de los nervios. Quizás lo de los peces la había dejado mas mal que los mismos bandidos. -Al demonio todo, tendré que decir que me atacaron. No seré ni la primera ni la última persona que atacan. ¿Por qué me hago tanto lío? Ya no puedo pensar bien. - Quizás el hambre la tenía mal o quien sabe que le pasaba. -No. No me llevé golpes a la cabeza.
-¿Qué hay de ti? ¿Estas bien? Bueno , tenías todo bajo control pero aun así... ¿Todo bien, verdad? ¿No te cansaste ni te hiciste nada allí parado? - Le tocó la frente con el dorso de su mano para ver si tenía fiebre. -¿No estas bajo los efectos de un hongo? - Aunque la pregunta mas bien se la hacía por los ojos. Hace tiempo no veía unos ojos tan rojos y... Extraños.
La fémina miró hacia un lado y vió unos sacos. Eran los sacos que los bandidos habían traído antes y estaban ahí tirados. Los habían olvidado, o simplemente eran los sacos de los que habían fallecido.
-E-Espera... ¡Mira eso...! - Salió corriendo hacia uno de los sacos, se arrodilló y empezó a abrirlos. -¡Joyas...! - Y seguía sacando cosas de ahí. -Ropa... Dinero... ¡C-Comidaaaaaaaaaaa! - Sacó unas bandejitas cerradas, eran varias las que habían allá adentro. -¡Mira, mira, comida japonesa! ¡Los Dioses nos han bendecido! - Le brillaban los ojitos y se le salía la babita. Giró y extendiendo el brazo le ofreció una bandejilla al chico. -¿Quieres? Porque si no quieres me lo como yo todo. Tehe... Hehehehe... Aunque deberíamos movernos de lugar. No quiero que nos encuentren aquí y nos interroguen. ¡Kyaaaa!