27/10/2018, 05:20
Si, se había molestado, aunque él estaba dando suposiciones reales. En las Tierras Nevadas ella había tenido que convertirse en una estafadora, y en varios casos tuvo que mancharse las manos de sangre para poder sobrevivir, e incluso comer, porque nadie le había tendido la mano por todo lo que se creía de ella. Así que él no estaba tan ajeno a la realidad. Solo que esas cosas no eran... Personas, eran animales gigantes y peligrosos. Se necesitaría más que un Kunai para poder quitarles la vida, y de momento ella había estado actuando como una ninja del tipo "asesino", por ponerlo desde una perspectiva de RPG -aunque en este mundo no existían los RPG, pero para que se entienda-.
Pero al tratar de avisarle se dió cuenta de que lo había hecho tarde. Notó a su compañero adolorido y luego lo vió adelantarse para apartarse del animal. "No me digas que..." - No quería imaginarse lo peor justo después que le había gritado cosas feas. Que mas daba, ahora él corría hacia ella. De momento estaba bien.
Miró la herida y aunque tenía dos agujeros en la espalda -por suerte, nada grave- había algo que le preocupaba. -Regresemos a donde estabamos. Hay algo que me preocupa y es que pueda tener veneno. ¿Estas bien? ¿No te sientes mareado? - Tenía que serle sincera diciéndole la verdad. Habían algunos cienpies que eran venenosos, pero ¿esos lo serían?
Ahí fue cuando se dió cuenta de lo que había leído en los pergaminos y libros de su propio Clan: Los Nara tenían inclinación para el area de medicina, y por suerte... Por suerte podría tratarle la herida.
Un cienpies le pasó a ambos justo por el lado, rozándolos. La fémina tomó la mano de Aoshin y salió corriendo cuan rápido como podía, llevándose al chico prácticamente arrastrado. La adrenalina la estaba haciéndo correr más rápido de lo que había corrido en el lago. -Avísame si te empiezas a sentir raro. ¡Avísame cualquier cosa! - Mencionó preocupada, fijándo su mirada en los árboles para asegurarse de que estaba siguiendo el camino correcto. Los chirridos seguían detrás de ellos, y en los alrededores. "Por un demonio."
Pero al tratar de avisarle se dió cuenta de que lo había hecho tarde. Notó a su compañero adolorido y luego lo vió adelantarse para apartarse del animal. "No me digas que..." - No quería imaginarse lo peor justo después que le había gritado cosas feas. Que mas daba, ahora él corría hacia ella. De momento estaba bien.
Miró la herida y aunque tenía dos agujeros en la espalda -por suerte, nada grave- había algo que le preocupaba. -Regresemos a donde estabamos. Hay algo que me preocupa y es que pueda tener veneno. ¿Estas bien? ¿No te sientes mareado? - Tenía que serle sincera diciéndole la verdad. Habían algunos cienpies que eran venenosos, pero ¿esos lo serían?
Ahí fue cuando se dió cuenta de lo que había leído en los pergaminos y libros de su propio Clan: Los Nara tenían inclinación para el area de medicina, y por suerte... Por suerte podría tratarle la herida.
Un cienpies le pasó a ambos justo por el lado, rozándolos. La fémina tomó la mano de Aoshin y salió corriendo cuan rápido como podía, llevándose al chico prácticamente arrastrado. La adrenalina la estaba haciéndo correr más rápido de lo que había corrido en el lago. -Avísame si te empiezas a sentir raro. ¡Avísame cualquier cosa! - Mencionó preocupada, fijándo su mirada en los árboles para asegurarse de que estaba siguiendo el camino correcto. Los chirridos seguían detrás de ellos, y en los alrededores. "Por un demonio."