27/10/2018, 07:45
Lo consideraba una ventaja y a la vez una gran desventaja. Por el momento y con mi poca experiencia -comparado con ninjas más experimentados- tenía que fiarme de mis compañeros, aunque me las había arreglado para sobrevivir sola, pero uno que otro ingrato no vendría mal. ¿El problema? Que no había donde encontrar compañeros de confianza. Llevaba tiempo viviendo en Ame y todavía no conocía a nadie.
Y entonces fue que lo vi. El chico desplegó el objeto que tanto llevaba encima y que resultaba ser nada más y nada menos que una especie de abanico. "Genial... Para los días de calor." - Se puso en posición y lo blandió como si fuera su propia katana.
Fuertes corrientes de viento comenzaron a arremeter contra e llugar, atacando a los cienpies y cortándolos en pedazos. Los árboles más cercanos recibían daños, las piedras volaban, la tierra se alzaba y ella misma podía sentir el viento en el lugar donde estaba. Entrecerró los ojos para intentar ver mejor entre tanto reguero. Sentía que estaba dentro de un mini-huracán. Se mantuvo alerta pero aun así no vió más necesidad de seguir utilizando el Kagemane. El chico tenía todo bajo control. Logró paralizar uno que otro cienpies, pero los que intentaban acercarse salían volados.
"Así que puedes llegar a controlar el clima si te lo propones..." - Pensó. "Crear tempestades, tornados... No quiero tenerte de enemigo sabiendo que fuiste capaz de sacarme información de la manera más sútil."
Se quedó oculta en los arbustos que ahora tenían menos hojas por la mini-tempestad. Asomó la cabeza cuando todo estuvo en calma y salió para dirigirse a donde él. -¿Estas bien? - Se detuvo frente a él.
Y entonces fue que lo vi. El chico desplegó el objeto que tanto llevaba encima y que resultaba ser nada más y nada menos que una especie de abanico. "Genial... Para los días de calor." - Se puso en posición y lo blandió como si fuera su propia katana.
Fuertes corrientes de viento comenzaron a arremeter contra e llugar, atacando a los cienpies y cortándolos en pedazos. Los árboles más cercanos recibían daños, las piedras volaban, la tierra se alzaba y ella misma podía sentir el viento en el lugar donde estaba. Entrecerró los ojos para intentar ver mejor entre tanto reguero. Sentía que estaba dentro de un mini-huracán. Se mantuvo alerta pero aun así no vió más necesidad de seguir utilizando el Kagemane. El chico tenía todo bajo control. Logró paralizar uno que otro cienpies, pero los que intentaban acercarse salían volados.
"Así que puedes llegar a controlar el clima si te lo propones..." - Pensó. "Crear tempestades, tornados... No quiero tenerte de enemigo sabiendo que fuiste capaz de sacarme información de la manera más sútil."
Se quedó oculta en los arbustos que ahora tenían menos hojas por la mini-tempestad. Asomó la cabeza cuando todo estuvo en calma y salió para dirigirse a donde él. -¿Estas bien? - Se detuvo frente a él.