2/11/2018, 01:31
Protegiéndose de una leve lluvia con la capucha de su sudadera, Daigo se encontraba sentado en el suelo mientras observaba incrédulo la estatua de Sumizu Kouta, o a lo que quedaba de ella.
—¿Por qué alguien haría esto...?
El peliverde había venido en primer lugar para meditar, para hacerse preguntas y buscar respuestas, pues su encuentro con cierto chico de Amegakure le dio bastante de que pensar sobre todo lo que sucedía a su alrededor y su papel en ello.
En aquel momento Daigo había dicho solo podían hacer lo que estuviera en su mano, ¿pero cuánto podía él hacer si solo era un chico? Siempre había pensado todo estaría bien eventualmente si él seguía intentando hacer el bien y no perder su camino, ¿pero acaso bastaba solo con aquello cuando todo el mundo tenía intereses distintos?
No, él mismo lo había dicho, era necesario que todos empujaran juntos en la dirección correcta para salir de esta. No bastaba con que lo intentara él, o un grupo grande de gente, ni siquiera bastaba con que lo intentara casi todo Ōnindo, porque siempre que quedara alguien con malas intenciones podría aparecer otro Zoku en cualquier parte del mundo y liarla de verdad.
¿Y cómo se podía hacer algo tan difícil como que todo el mundo intentara hacer lo correcto? En su momento la paz empezó a nacer cuando los tres primeros Kages se unieron para derrotar un enemigo común, pero ahora ni siquiera se respetaban las estatuas de los héroes del pasado y nadie tenía ni idea de quien era el enemigo ahora. Ni siquiera sabían si había uno.
Se cruzó de brazos y dejó escapar un suspiro mientras pensaba en todo aquello.
—¿Por qué alguien haría esto...?
El peliverde había venido en primer lugar para meditar, para hacerse preguntas y buscar respuestas, pues su encuentro con cierto chico de Amegakure le dio bastante de que pensar sobre todo lo que sucedía a su alrededor y su papel en ello.
En aquel momento Daigo había dicho solo podían hacer lo que estuviera en su mano, ¿pero cuánto podía él hacer si solo era un chico? Siempre había pensado todo estaría bien eventualmente si él seguía intentando hacer el bien y no perder su camino, ¿pero acaso bastaba solo con aquello cuando todo el mundo tenía intereses distintos?
No, él mismo lo había dicho, era necesario que todos empujaran juntos en la dirección correcta para salir de esta. No bastaba con que lo intentara él, o un grupo grande de gente, ni siquiera bastaba con que lo intentara casi todo Ōnindo, porque siempre que quedara alguien con malas intenciones podría aparecer otro Zoku en cualquier parte del mundo y liarla de verdad.
¿Y cómo se podía hacer algo tan difícil como que todo el mundo intentara hacer lo correcto? En su momento la paz empezó a nacer cuando los tres primeros Kages se unieron para derrotar un enemigo común, pero ahora ni siquiera se respetaban las estatuas de los héroes del pasado y nadie tenía ni idea de quien era el enemigo ahora. Ni siquiera sabían si había uno.
Se cruzó de brazos y dejó escapar un suspiro mientras pensaba en todo aquello.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.