5/11/2018, 01:11
Había caído al suelo y si el ninja no le hubiera quitado las memorias era probable que la fémina lo estuviera buscando para vengarse... Pero no vengarse de mala manera, es decir: A los extremos, quitándole la vida o haciéndole algo doloroso. ¿Entonces...? Se vengaría como toda buena rival de anti-héroe, metiéndose en su camino para molestarlo y quitarle dinero, o cosas por el estilo. Era una lástima que todavía estuviera comenzando su camino del ninja, de lo contrario le hubiera dado una buena zunda por haberse atrevido a entrar a su mente Y quitarle el botín.
Pasaron los minutos... ¿Media hora? Quizás. Y fue abriéndo los ojos poco a poco para encontrarse con el desmadre a su alrededor. ¿Qué...? ¿Había tenido una pesadilla...? No... Cuerpos. Sangre. Habían cuerpos quemados, árboles con pistas de que algún fuego les había rozado... Habían tantas cosas que no habían antes. ¿Qué pasó? ¿Cuándo decidió tomar una siesta? ¿¡Qué carajos...!?
Se sentó de golpe y vió cosas fuera de lugar. Bolsos con comida, prendas de vestimentas, y lo más importante: Ella estaba llena de sangre seca. ¿¡Pero de quién carajos!? Verificó su cuerpo con rapidez para ver si estaba herida, si se estaba desangrando, y definitivo, no habían señales de herida mortal. "¿Qué pasó...? ¿Cómo llegué a esto? ¿Estoy bien...?" - Tenía miedo. Si. Miedo a que la hubieran tocado y se hubieran aprovechado de ella de tal forma. Estaba intranquila. No encontraba ninguna explicación científica que pudiera darle las respuestas que buscaba. Ni ganas tenía de quedarse en ese lugar. Estaba desorientada y no sabía si estaba dentro de una trampa. Ella estaba segura de que había estado ahí antes y que los árboles ni el suelo estaban quemados. Y cuando decimos "quemados" no nos referimos a chamusqueados tipo "incendio forestal", sino a que hubo alguna actividad con fuego que les quemó un poquito, aunque el suelo parecía ser el más afectado en el area donde ese ninja quemado había estado.
"¿Por qué...? ¿Cómo murieron?" - Comenzaba a pensar que fue que se salió de control, pero eran tantas las preguntas que invadían su mente que... Oh, conocía ese sentimiento. Soledad.
Se levantó del lugar y recordó lo que vivió en las Montañas Nevadas. Su mochila seguía en su espalda y la verificó para ver si estaba intacta. Verificó también los bolsos del suelo y metió todo de provecho allí, para emprender su camino hacia... ¿Hacia dónde iba...? Todavía estaba atontada. Ah, si. Amegakure... ¿Cuál era el camino...? Se detuvo por unos momentos y observó a su alrededor, tallándose los ojos, para seguir caminando hacia la aldea de la lluvia.
Pasaron los minutos... ¿Media hora? Quizás. Y fue abriéndo los ojos poco a poco para encontrarse con el desmadre a su alrededor. ¿Qué...? ¿Había tenido una pesadilla...? No... Cuerpos. Sangre. Habían cuerpos quemados, árboles con pistas de que algún fuego les había rozado... Habían tantas cosas que no habían antes. ¿Qué pasó? ¿Cuándo decidió tomar una siesta? ¿¡Qué carajos...!?
Se sentó de golpe y vió cosas fuera de lugar. Bolsos con comida, prendas de vestimentas, y lo más importante: Ella estaba llena de sangre seca. ¿¡Pero de quién carajos!? Verificó su cuerpo con rapidez para ver si estaba herida, si se estaba desangrando, y definitivo, no habían señales de herida mortal. "¿Qué pasó...? ¿Cómo llegué a esto? ¿Estoy bien...?" - Tenía miedo. Si. Miedo a que la hubieran tocado y se hubieran aprovechado de ella de tal forma. Estaba intranquila. No encontraba ninguna explicación científica que pudiera darle las respuestas que buscaba. Ni ganas tenía de quedarse en ese lugar. Estaba desorientada y no sabía si estaba dentro de una trampa. Ella estaba segura de que había estado ahí antes y que los árboles ni el suelo estaban quemados. Y cuando decimos "quemados" no nos referimos a chamusqueados tipo "incendio forestal", sino a que hubo alguna actividad con fuego que les quemó un poquito, aunque el suelo parecía ser el más afectado en el area donde ese ninja quemado había estado.
"¿Por qué...? ¿Cómo murieron?" - Comenzaba a pensar que fue que se salió de control, pero eran tantas las preguntas que invadían su mente que... Oh, conocía ese sentimiento. Soledad.
Se levantó del lugar y recordó lo que vivió en las Montañas Nevadas. Su mochila seguía en su espalda y la verificó para ver si estaba intacta. Verificó también los bolsos del suelo y metió todo de provecho allí, para emprender su camino hacia... ¿Hacia dónde iba...? Todavía estaba atontada. Ah, si. Amegakure... ¿Cuál era el camino...? Se detuvo por unos momentos y observó a su alrededor, tallándose los ojos, para seguir caminando hacia la aldea de la lluvia.