7/11/2018, 22:57
Higeki se mantuvo observante. La situación en el fondo le parecía graciosa pues el líder del escuadrón, es decir, el ninja más preparado y del que se suponía una mayor responsabilidad había olvidado el nombre de su empleador. Si no corregía su error el grupo quedaría en ridículo y seguramente seria una mancha en el informe de la misión.
Este ultimo pensamiento, el de tener un error en su primera misión le borro la leve sonrisa de los labios al moreno, pues suponía que Ai le regañaría si se enteraba. Le habría gustado solucionar la situación pero si lo hacía iba a desautorizar a su líder y no podía permitirse aquel lujo, pues el no estaba o bastante preparado para hacerlo. Las dudas abordaron su cabeza y simplemente observó esperando que aquella situación se aclarase, sintiendo como su corazón palpitaba a velocidades que ni un sharingan podría ver.
Mientras Karamaru solucionaba la situación, el moreno se dedico a observar de reojo al anciano y a Warakko con intención de descubrir si aquella confusión había ofendido a alguno de los dos, pues de ser así podría dar lugar a quejas y estas a su vez provocar la decepción de Ai, cosa que no deseaba para nada.
Una vez el entuerto se arregló Higeki caminó detrás de sus compañeros hacia el interior de la casa con las manos guardadas en los bolsillos de su abrigo, preguntándose si existiría alguna forma de contentar a la pequeña y no enfadar a su líder, pues aun le carcomía la idea de poder mostrar sus habilidades y así ilusionar a la pequeña.
Este ultimo pensamiento, el de tener un error en su primera misión le borro la leve sonrisa de los labios al moreno, pues suponía que Ai le regañaría si se enteraba. Le habría gustado solucionar la situación pero si lo hacía iba a desautorizar a su líder y no podía permitirse aquel lujo, pues el no estaba o bastante preparado para hacerlo. Las dudas abordaron su cabeza y simplemente observó esperando que aquella situación se aclarase, sintiendo como su corazón palpitaba a velocidades que ni un sharingan podría ver.
Mientras Karamaru solucionaba la situación, el moreno se dedico a observar de reojo al anciano y a Warakko con intención de descubrir si aquella confusión había ofendido a alguno de los dos, pues de ser así podría dar lugar a quejas y estas a su vez provocar la decepción de Ai, cosa que no deseaba para nada.
Una vez el entuerto se arregló Higeki caminó detrás de sus compañeros hacia el interior de la casa con las manos guardadas en los bolsillos de su abrigo, preguntándose si existiría alguna forma de contentar a la pequeña y no enfadar a su líder, pues aun le carcomía la idea de poder mostrar sus habilidades y así ilusionar a la pequeña.