4/10/2015, 14:39
(Última modificación: 4/10/2015, 19:06 por Uzumaki Eri.)
Se había pasado.
Esa frase resonaba en toda su cabeza, haciendo que impactase una y otra vez con las paredes, creando un eco interminable. ¿Qué había hecho? ¿Qué acababa de hacer contra Yota? Parpadeó varias veces, confusa, intentando asimilar qué acababa de suceder, pero estaba muy claro. Ella, enfadada, chackra, pie izquierdo, estómago, Yota expulsando sangre. Cerró los puños con fuerza y tomó una posición defensiva, el contraataque le iba a doler y mucho, y ella lo sabía, lo sabía muy bien.
Sus ropas habían recibido parte de la sangre expulsada por Yota, y cuando escuchó la puya de su sensei hacia el joven de tez morena, la de cabellos azules lanzó un gruñido de desaprobación, eso no le iba a hacer ningún bien sabiendo como se lo podría tomar su compañero.
'' Yota-nii...''
Ahora en su cabeza resonaba el nombre de su compañero... Le miró directamente a los ojos, notando como él ya no sonreía, si no que ahora de su cuerpo comenzaban a salir un montón de huesos que hicieron a la kunoichi sentir escalofríos por todo su cuerpo, así, en un impulso de contener el el acto, se llevó su mano derecha a su brazo izquierdo. Notó como el rubio platinado la incitaba a volver a tener la iniciativa, pero ahora estaba dudosa. Jadeó un par de veces, intentado recobrar el aliento que se esfumó tras su patada y poder asimilar todo de nuevo.
'' No hay vuelta atrás.''
Pensó en su próximo movimiento, pero se quedó en blanco. Miró a su sensei, que se encontraba ahora mirando a ambos con una sonrisa ladeada. Por Kami-sama, ¡cómo deseaba ahora mismo poder pegarle un okashō a él! No quería seguir peleando, pero ya no le quedaba otra, era su culpa, y lo sabía. Miró de nuevo a Yota, con esos huesos era difícil poder atacarle de forma directa, así que el taijutsu estaba fuera de su pensamiento, ¿otro Mizurappa? Quizás...
Suspiró y cogió rapidez mientras corría hacia el chico, haciendo de nuevo los sellos necesarios para la técnica que iba a realizar, estaba condenada, pero terminaría luchando, al fin y al cabo, se había convertido en una pelea un tanto complicada y ella tenía todas las de perder, suspiró de nuevo cuando realizó el sello de la liebre, y a los dos metros y medio de donde se encontraba Yota, lanzó un potente chorro de agua directo a su compañero.
• PV: 91
• CK: 78 - 12 = 66
Esa frase resonaba en toda su cabeza, haciendo que impactase una y otra vez con las paredes, creando un eco interminable. ¿Qué había hecho? ¿Qué acababa de hacer contra Yota? Parpadeó varias veces, confusa, intentando asimilar qué acababa de suceder, pero estaba muy claro. Ella, enfadada, chackra, pie izquierdo, estómago, Yota expulsando sangre. Cerró los puños con fuerza y tomó una posición defensiva, el contraataque le iba a doler y mucho, y ella lo sabía, lo sabía muy bien.
Sus ropas habían recibido parte de la sangre expulsada por Yota, y cuando escuchó la puya de su sensei hacia el joven de tez morena, la de cabellos azules lanzó un gruñido de desaprobación, eso no le iba a hacer ningún bien sabiendo como se lo podría tomar su compañero.
'' Yota-nii...''
Ahora en su cabeza resonaba el nombre de su compañero... Le miró directamente a los ojos, notando como él ya no sonreía, si no que ahora de su cuerpo comenzaban a salir un montón de huesos que hicieron a la kunoichi sentir escalofríos por todo su cuerpo, así, en un impulso de contener el el acto, se llevó su mano derecha a su brazo izquierdo. Notó como el rubio platinado la incitaba a volver a tener la iniciativa, pero ahora estaba dudosa. Jadeó un par de veces, intentado recobrar el aliento que se esfumó tras su patada y poder asimilar todo de nuevo.
'' No hay vuelta atrás.''
Pensó en su próximo movimiento, pero se quedó en blanco. Miró a su sensei, que se encontraba ahora mirando a ambos con una sonrisa ladeada. Por Kami-sama, ¡cómo deseaba ahora mismo poder pegarle un okashō a él! No quería seguir peleando, pero ya no le quedaba otra, era su culpa, y lo sabía. Miró de nuevo a Yota, con esos huesos era difícil poder atacarle de forma directa, así que el taijutsu estaba fuera de su pensamiento, ¿otro Mizurappa? Quizás...
Suspiró y cogió rapidez mientras corría hacia el chico, haciendo de nuevo los sellos necesarios para la técnica que iba a realizar, estaba condenada, pero terminaría luchando, al fin y al cabo, se había convertido en una pelea un tanto complicada y ella tenía todas las de perder, suspiró de nuevo cuando realizó el sello de la liebre, y a los dos metros y medio de donde se encontraba Yota, lanzó un potente chorro de agua directo a su compañero.
Estado de Eri
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