11/11/2018, 01:13
Yuma escuchó atentamente a Mei, y luego a Takeshi. Luego, habló.
—Termitas, sí. Pero no una clase común y corriente. Estas son más voraces, más inteligentes. Tanto que se han estado comiendo los cimientos de nuestro hotel durante casi un año y hasta ahora es que nos hemos dado cuenta, después de que se le vino abajo un techo a un cliente. Lo más extraño de todo, críos, es que las hijas de ... no dejan rastro alguno. Hemos tenido incursiones durante horas en todas las locaciones del hotel y sencillamente no logramos dar con ellas. No hemos visto a una sola termita en acción. ¿Cómo puede ser eso? —indagó, para luego mirar a Mei—. tú debes saberlo, ¿no? ¿acaso no deben tener un jodido enjambre, donde poner sus huevecillos y toda esa mierda?
—Termitas, sí. Pero no una clase común y corriente. Estas son más voraces, más inteligentes. Tanto que se han estado comiendo los cimientos de nuestro hotel durante casi un año y hasta ahora es que nos hemos dado cuenta, después de que se le vino abajo un techo a un cliente. Lo más extraño de todo, críos, es que las hijas de ... no dejan rastro alguno. Hemos tenido incursiones durante horas en todas las locaciones del hotel y sencillamente no logramos dar con ellas. No hemos visto a una sola termita en acción. ¿Cómo puede ser eso? —indagó, para luego mirar a Mei—. tú debes saberlo, ¿no? ¿acaso no deben tener un jodido enjambre, donde poner sus huevecillos y toda esa mierda?