18/11/2018, 11:49
El jōnin no pudo evitar notar cómo la mención de su nombre había suscitado una reacción algo curiosa en la muchacha, que decía por su parte llamarse Akimichi Akane. «¿Akimichi? Vaya, eso sí es una sorpresa. ¿Será pariente de Katsudon-dono?», se preguntó Akame. Tampoco le pasó desapercibido el parecido que tenían sus nombres, a los que diferenciaba únicamente una letra. Sonrió, divertido por la coincidencia, y luego preguntó a la kunoichi...
—¿Qué tiene de loco? —aunque ya le había ocurrido otras veces, sobretodo después del incidente del Examen de Chuunin, Akame nunca llegaba a acostumbrarse a que los uzujin le reconociesen—. ¿Eres genin, verdad? ¿De la última promoción?
El Uchiha había estado escuchando rumores de que los estudiantes de la última promoción de la Academia de las Olas eran realmente buenos, una remesa de genin recién ascendidos que prometía alcanzar incluso a los de la antigua Generación de Oro. El hecho de que Akane pudiera formar parte de aquella clase había captado su interés.
—¿Qué tiene de loco? —aunque ya le había ocurrido otras veces, sobretodo después del incidente del Examen de Chuunin, Akame nunca llegaba a acostumbrarse a que los uzujin le reconociesen—. ¿Eres genin, verdad? ¿De la última promoción?
El Uchiha había estado escuchando rumores de que los estudiantes de la última promoción de la Academia de las Olas eran realmente buenos, una remesa de genin recién ascendidos que prometía alcanzar incluso a los de la antigua Generación de Oro. El hecho de que Akane pudiera formar parte de aquella clase había captado su interés.