25/11/2018, 18:31
(Última modificación: 25/11/2018, 18:31 por Umikiba Kaido.)
—Disculpe, ¿cómo saben que se trata de termitas?
—Pues es el único jodido insecto que destruye madera caoba tan fácil como lo han estado haciendo aquí, ¿no? —indagó, aunque luego tuvo que escuchar las sonatas de Takeshi, que tampoco parecía demasiado convencido al igual que su compañera. Pero si en algo tenían razón, es que todo parecía muy raro—. está bien, acompáñenme. Vayamos a donde todo empezó.
Habían caminado durante un par de minutos, atravesando de cabo a rabo el hostal y las zonas aledañas para introducirse en las edificaciones que suponían ser las previstas para las habitaciones. Se trataban de cuatro grandes edificios de tres pisos cada una, con acabados tradicionales japoneses y de infraestructura predominante en las tierras del Remolino. Cada edificio contaba con un nombre particular de algún cerezo japonés.
Nokogiri, Sekiyama y Shogetsu.
—En honor a los tres hijos de Fujiro-sama. —alegó Yuma, mientras torcía hacia la derecha. Iba hacia el edificio Shogetsu. Una vez dentro, subió las escaleras hasta el segundo piso y se detuvo en la habitación número veintidós—. ¿entramos?
—Pues es el único jodido insecto que destruye madera caoba tan fácil como lo han estado haciendo aquí, ¿no? —indagó, aunque luego tuvo que escuchar las sonatas de Takeshi, que tampoco parecía demasiado convencido al igual que su compañera. Pero si en algo tenían razón, es que todo parecía muy raro—. está bien, acompáñenme. Vayamos a donde todo empezó.
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Habían caminado durante un par de minutos, atravesando de cabo a rabo el hostal y las zonas aledañas para introducirse en las edificaciones que suponían ser las previstas para las habitaciones. Se trataban de cuatro grandes edificios de tres pisos cada una, con acabados tradicionales japoneses y de infraestructura predominante en las tierras del Remolino. Cada edificio contaba con un nombre particular de algún cerezo japonés.
Nokogiri, Sekiyama y Shogetsu.
—En honor a los tres hijos de Fujiro-sama. —alegó Yuma, mientras torcía hacia la derecha. Iba hacia el edificio Shogetsu. Una vez dentro, subió las escaleras hasta el segundo piso y se detuvo en la habitación número veintidós—. ¿entramos?