5/10/2015, 14:04
*Entonces... Podría ser. Quizás no sea un simple gennin pese a su aparente juventud. Debo tener cuidado*
Las apariencias engañan.
Pese a su fachada benevolente no debía dejarme engañar, seguía siendo un perfecto desconocido y podría esconder un ser macabro, sanguinario y despiadado el cual esperaba el momento oportuno para desenmascarar. Era una probabilidad y el hecho de que estuviese deambulando por ahí "sin rumbo muy fijo" me hizo pensar en que no fuese un gennin. Sabía cual era el modus operandi habitual de un ninja de ese rango ya que a fin de cuentas yo era uno de ellos y sabía perfectamente que estábamos vigilados.
-Entonces... ¿A donde ibas en estos momentos? ¿O simplemente te diriges hasta donde te lleve el destino?-
*Qué tipo más raro*
Y qué tipo más descarado que ahora me dejaba con la palabra en la boca dando media vuelta. Di a entender que para él nuestra conversación se había acabado pero tan solo sujetaba su bandana tal y como lo hice yo previamente.
Poco importaba ya lo que quedase de aquella peculiar reunión ya que de entre la maleza algo se agitaba con violencia y el ruido no pasaría inadvertido por ninguno de los dos. Yo ya tenía mi zurda toqueteando la punta de mi trenza y segundos más tardes toda aquella agitación se iba acercando hasta nosotros hasta que una niña de como mucho 6 años apareció delante nuestro revolviéndose entre los pequeños arbustos. Pelirroja, ojos como la sangre y prendas desgastadas por la edad, hechas trizas y rediseñadas por el color de su propia sangre; clavó su mirada en el calvo y corrió hacia él abrazandole las piernas. Temblaba como lo hacia una estructura al paso de un tornado y lanzaba tímidos gimoteos, de sus mejillas resbalaban pequeñas y solitarias lágrimas. No se iba a despegar, de hecho estaba agarrada a las peirnas del gennin con mucha fuerza. El miedo se había apoderado de aquella niñita, pero.. ¿Por qué?
-Me cago en mi vida...- susurré asombrado por lo que veían mis ojos. Observando a la niña con detalle, acercándome hasta el de Ame y la jovencita, pude ver el por qué de los nuevos colores de la ropa de la niña. Estaba repleta de arañazos de cierta profundidad -Oye, oye, oye, Karamaru, tío. ¿Es tu hija? ¿La estabas buscando verdad?-
No fui capaz de dar con otra conclusión que pudiese ser más lógica, quizás producto de los nervios.
Las apariencias engañan.
Pese a su fachada benevolente no debía dejarme engañar, seguía siendo un perfecto desconocido y podría esconder un ser macabro, sanguinario y despiadado el cual esperaba el momento oportuno para desenmascarar. Era una probabilidad y el hecho de que estuviese deambulando por ahí "sin rumbo muy fijo" me hizo pensar en que no fuese un gennin. Sabía cual era el modus operandi habitual de un ninja de ese rango ya que a fin de cuentas yo era uno de ellos y sabía perfectamente que estábamos vigilados.
-Entonces... ¿A donde ibas en estos momentos? ¿O simplemente te diriges hasta donde te lleve el destino?-
*Qué tipo más raro*
Y qué tipo más descarado que ahora me dejaba con la palabra en la boca dando media vuelta. Di a entender que para él nuestra conversación se había acabado pero tan solo sujetaba su bandana tal y como lo hice yo previamente.
Poco importaba ya lo que quedase de aquella peculiar reunión ya que de entre la maleza algo se agitaba con violencia y el ruido no pasaría inadvertido por ninguno de los dos. Yo ya tenía mi zurda toqueteando la punta de mi trenza y segundos más tardes toda aquella agitación se iba acercando hasta nosotros hasta que una niña de como mucho 6 años apareció delante nuestro revolviéndose entre los pequeños arbustos. Pelirroja, ojos como la sangre y prendas desgastadas por la edad, hechas trizas y rediseñadas por el color de su propia sangre; clavó su mirada en el calvo y corrió hacia él abrazandole las piernas. Temblaba como lo hacia una estructura al paso de un tornado y lanzaba tímidos gimoteos, de sus mejillas resbalaban pequeñas y solitarias lágrimas. No se iba a despegar, de hecho estaba agarrada a las peirnas del gennin con mucha fuerza. El miedo se había apoderado de aquella niñita, pero.. ¿Por qué?
-Me cago en mi vida...- susurré asombrado por lo que veían mis ojos. Observando a la niña con detalle, acercándome hasta el de Ame y la jovencita, pude ver el por qué de los nuevos colores de la ropa de la niña. Estaba repleta de arañazos de cierta profundidad -Oye, oye, oye, Karamaru, tío. ¿Es tu hija? ¿La estabas buscando verdad?-
No fui capaz de dar con otra conclusión que pudiese ser más lógica, quizás producto de los nervios.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
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