28/11/2018, 05:25
La mujer indagó sobre qué otro tipo de insecto podría realizar ese tipo de hazaña, asentí con la cabeza ante su interrogante, pero no dije nada más, seguramente porque en mi cabeza pensaba sí había otra especie que comiera madera, lo que sabía con certeza es que nunca los vieron en acción.
Con la ayuda de mi compañero la señora cedió nos guió hacia el lugar de los hechos —Voy detrás de usted— anuncié mientras le seguía de cerca.
«¿Qué serán? ¿Castores? Son muy grandes... Deberían haberlos visto... ¿Polillas? Pudieran ser»
Pasé la mayoría del trayecto dándole vuelta al asunto sobre el posible, o los posibles, culpables, pero hasta el momento eran puras especulaciones, necesitábamos hallar una pista que nos orientase mejor hacia el camino que deberíamos tomar.
La encargada nos llevo de una punta hasta la otra, permitiéndonos apreciar varias áreas y estructuras del lugar, llegando así hasta los edificios que tenían las habitaciones, los mismos tenían una fachada meramente tradicional de la cultura japonesa y evidentemente con un marcado estilo del remolino.
«No me molestaría pasar unos días aquí»
—En honor a los tres hijos de Fujiro-sama. — alegó Yuma
—Claro, un edificio para cada uno— dije lo obvio, pero es que no sabía exactamente que decir y el silencio me estaba empezando a incomodar. Subí la escaleras y en cuestión de segundos llegamos a la habitación veintidós.
—¿entramos?
Sentí un escalofrío que recorrió toda mi espalda, era considerado un mal augurio, eso decían... Lo cierto era que me entró cierto nerviosismo o mejor dicho ansiedad por ver la escena del presuntivo "crimen".
—Adelante.
Con la ayuda de mi compañero la señora cedió nos guió hacia el lugar de los hechos —Voy detrás de usted— anuncié mientras le seguía de cerca.
«¿Qué serán? ¿Castores? Son muy grandes... Deberían haberlos visto... ¿Polillas? Pudieran ser»
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Pasé la mayoría del trayecto dándole vuelta al asunto sobre el posible, o los posibles, culpables, pero hasta el momento eran puras especulaciones, necesitábamos hallar una pista que nos orientase mejor hacia el camino que deberíamos tomar.
La encargada nos llevo de una punta hasta la otra, permitiéndonos apreciar varias áreas y estructuras del lugar, llegando así hasta los edificios que tenían las habitaciones, los mismos tenían una fachada meramente tradicional de la cultura japonesa y evidentemente con un marcado estilo del remolino.
«No me molestaría pasar unos días aquí»
—En honor a los tres hijos de Fujiro-sama. — alegó Yuma
—Claro, un edificio para cada uno— dije lo obvio, pero es que no sabía exactamente que decir y el silencio me estaba empezando a incomodar. Subí la escaleras y en cuestión de segundos llegamos a la habitación veintidós.
—¿entramos?
Sentí un escalofrío que recorrió toda mi espalda, era considerado un mal augurio, eso decían... Lo cierto era que me entró cierto nerviosismo o mejor dicho ansiedad por ver la escena del presuntivo "crimen".
—Adelante.
Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
Naoko (Lightcoral)
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