6/10/2015, 15:48
-El tiempo que sea necesario, este par de apestosos merecen su descanso eterno-
Estar sentados en el salón de una desconocida delante de un par de cadáveres no era lo que esperábamos de nuestra aventurilla hasta Konoha, ni en el peor de los casos no lo hubiésemos creído, pero así era y el olor a putrefacto era profundo y realmente molesto.
Hasta que oímos como la anciana se acercaba al hacer chirriar el suelo a sus pasos, los cuales se iban acercando hasta aquel salón de mala muerte.
Traté de esbozar la mejor de mis sonrisas, de verdad que lo hacia pues necesitaríamos parecer unos malditos corderitos amansados para calmar las cosas y hacer caer a la vieja en una falsa sensación de seguridad con la que poder aprovecharnos y llevar a cabo nuestro objetivo. Juro dio el primer paso al disculparse en nombre de los dos pero era incapaz de hacer nada con los dos muertos ahí postrados. Quizás fui demasiado optimista, así que debía echarme las responsabilidades a los hombros.
-Ya le he dicho que no quiero nada, tan solo llegar de una vez a Konoha- dije en cuanto nos ofreció aquel té.
Juro preguntó por el incidente, yendo directo al grano y sin rodeos. Era mi momento.
-Hablando de eso, antes no nos ha contado nada al respecto ¿Qué sucedió realmente? ¿Cómo se curaron de sus heridas y no morir en el intento? Cuesta creer que lo consiguieran estando tan lejos de toda civilización- pregunté con un tono de curiosidad -Me encantaría saber que sucedió-
Acto seguido me crucé de brazos, desviando la mirada a los muertos, los cuales, evidentemente, no hicieron siquiera el intento de agarrar una de aquellas tazas.
Estar sentados en el salón de una desconocida delante de un par de cadáveres no era lo que esperábamos de nuestra aventurilla hasta Konoha, ni en el peor de los casos no lo hubiésemos creído, pero así era y el olor a putrefacto era profundo y realmente molesto.
Hasta que oímos como la anciana se acercaba al hacer chirriar el suelo a sus pasos, los cuales se iban acercando hasta aquel salón de mala muerte.
Traté de esbozar la mejor de mis sonrisas, de verdad que lo hacia pues necesitaríamos parecer unos malditos corderitos amansados para calmar las cosas y hacer caer a la vieja en una falsa sensación de seguridad con la que poder aprovecharnos y llevar a cabo nuestro objetivo. Juro dio el primer paso al disculparse en nombre de los dos pero era incapaz de hacer nada con los dos muertos ahí postrados. Quizás fui demasiado optimista, así que debía echarme las responsabilidades a los hombros.
-Ya le he dicho que no quiero nada, tan solo llegar de una vez a Konoha- dije en cuanto nos ofreció aquel té.
Juro preguntó por el incidente, yendo directo al grano y sin rodeos. Era mi momento.
-Hablando de eso, antes no nos ha contado nada al respecto ¿Qué sucedió realmente? ¿Cómo se curaron de sus heridas y no morir en el intento? Cuesta creer que lo consiguieran estando tan lejos de toda civilización- pregunté con un tono de curiosidad -Me encantaría saber que sucedió-
Acto seguido me crucé de brazos, desviando la mirada a los muertos, los cuales, evidentemente, no hicieron siquiera el intento de agarrar una de aquellas tazas.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa