6/10/2015, 22:56
Pero no hubo ningún golpe final.
Con aquel "me rindo" la kunoichi daba per terminada la contienda a expensas de que yo no diese por terminado aquello y decidiese contraatacar, pero no tenía fuerzas ni ganas de zurrar a Eri. Las provocaciones fueron cosa de Toyo, no de mi compañera y por alguna razón, logré calmarme. A fin de cuentas todo aquello tan solo era un ejercicio, una prueba que nos había impuesto el recién estrenado sensei.
-¡Ooooooh!- exclamó el pelirrojo poniendo más teatro de la cuenta -Parece que se ha acabado la fiesta- De pronto su tono de voz se volvió más serio y calmado -En el campo de batalla tu enemigo no será tan condescendiente, Yota. Quiero ver mejoras. Espero que hayáis aprendido la lección de hoy. Estoy convencido de que ambos pensabais que iba a ganar Yota, solo por sus espectaculares jutsus con los huesos pero yo en cambio, creía en el potencial de nuestra pequeña Eri-chan. La unión hace la fuerza chicos, tenedlo muy presente-
El hombre se alejó con un paso lento
-Aprovechad para descansar, pro hoy ya hemos terminado. Buen trabajo ambos-
Ladeo el rostro y mostró una sonrisa que pude apreciar ligeramente al torcer un poco la cabeza. suspiré por lo bajo y me arremangue las mangas con sumo cuidado. Había que regenerar aquellos huesos. Casi ni me di cuenta, pero la peliazul se había posado, arrodillada, frente a mí y estaba visiblemente arrepentida de verme en aquel lamentable estado. La furia me instaba a responderle ante sus preguntas con algún que otro borderío, pero antes de responder lo pensé un par de veces, no sin hacer un atisbo de abrir la boca.
Chasquee la lengua.
-¿Por... Por qué, Eri-chan?-
*Fue lo único que fui capaz de pronunciar*
Fue lo único que fui capaz de decir. Joder, me tenía a su absoluta merced y no obstante prefirió no seguir con aquello y dejarme tumbado en el suelo como había pedido Toyo, el cual ya se había marchado sin mostrar interés alguno en mi estado.
Primero posé mi mano diestra sobre mi antebrazo izquierdo, no sin hacer algún que otro suave gemido por supuesto, y entonces con la ayuda de mi chakra empecé aquel habitual proceso para restaurar mi hueso roto, algo que solo podíamos hacer los que tenían el mismo don que yo.
Con aquel "me rindo" la kunoichi daba per terminada la contienda a expensas de que yo no diese por terminado aquello y decidiese contraatacar, pero no tenía fuerzas ni ganas de zurrar a Eri. Las provocaciones fueron cosa de Toyo, no de mi compañera y por alguna razón, logré calmarme. A fin de cuentas todo aquello tan solo era un ejercicio, una prueba que nos había impuesto el recién estrenado sensei.
-¡Ooooooh!- exclamó el pelirrojo poniendo más teatro de la cuenta -Parece que se ha acabado la fiesta- De pronto su tono de voz se volvió más serio y calmado -En el campo de batalla tu enemigo no será tan condescendiente, Yota. Quiero ver mejoras. Espero que hayáis aprendido la lección de hoy. Estoy convencido de que ambos pensabais que iba a ganar Yota, solo por sus espectaculares jutsus con los huesos pero yo en cambio, creía en el potencial de nuestra pequeña Eri-chan. La unión hace la fuerza chicos, tenedlo muy presente-
El hombre se alejó con un paso lento
-Aprovechad para descansar, pro hoy ya hemos terminado. Buen trabajo ambos-
Ladeo el rostro y mostró una sonrisa que pude apreciar ligeramente al torcer un poco la cabeza. suspiré por lo bajo y me arremangue las mangas con sumo cuidado. Había que regenerar aquellos huesos. Casi ni me di cuenta, pero la peliazul se había posado, arrodillada, frente a mí y estaba visiblemente arrepentida de verme en aquel lamentable estado. La furia me instaba a responderle ante sus preguntas con algún que otro borderío, pero antes de responder lo pensé un par de veces, no sin hacer un atisbo de abrir la boca.
Chasquee la lengua.
-¿Por... Por qué, Eri-chan?-
*Fue lo único que fui capaz de pronunciar*
Fue lo único que fui capaz de decir. Joder, me tenía a su absoluta merced y no obstante prefirió no seguir con aquello y dejarme tumbado en el suelo como había pedido Toyo, el cual ya se había marchado sin mostrar interés alguno en mi estado.
Primero posé mi mano diestra sobre mi antebrazo izquierdo, no sin hacer algún que otro suave gemido por supuesto, y entonces con la ayuda de mi chakra empecé aquel habitual proceso para restaurar mi hueso roto, algo que solo podíamos hacer los que tenían el mismo don que yo.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
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