11/12/2018, 23:58
Juro escuchó con atención el relato de su Kage. El sabio de los seis caminos podría ser su padre, aunque desconocía por completo nada de un mensaje. La leyenda de cómo los separo para proteger la humanidad del diez colas era... bastante curiosa. Sin embargo, para él adquirió una nueva perspectiva.
«El diez colas... » — Ni el Gobi ni el Nanabi lo habían mencionado. ¿Podría ocurrir si se volvían a juntar los nueve, quizá? Si un solo bijuu ya era lo bastante destructivo, ¿Cómo sería aquel monstruo?
Sintió un escalofrió. No quería comprobarlo. Nunca en la vida.
—Juro, ay, Juro... Espero que seas consciente, aunque sea mínimamente de la gravedad de la situación. Esto no es fácil, nada fácil. Y vamos a tener que tomar medidas que, muchas veces, no nos van a gustar. Pero no hay más remedio... Por eso voy a tener que pedirte que no vuelvas a salir de la aldea sin compañía de otro shinobi de esta aldea. Al menos por ahora. Espero que puedas entenderlo.
Juro asintió, diligente y obediente. No hubo quejas por su parte, ni protestas. Lo cierto es que él ya había supuesto algo así, y lo agradecía.
— No se preocupe, Morikage-sama. Para ser sincero, lo esperaba — mencionó Juro —. Cuando supe que esos generales andaban por ahí a la caza, me sentí con una enorme diana en la espalda. Desconozco si son capaces de detectarme a la distancia, o necesitan verme para hacerlo, pero soy consciente de que hay muy pocas posibilidades de que pueda escapar de ellos yo solo. Este es el lugar más seguro que conozco, y lógicamente, debo quedarme aquí. Lo entiendo.
Juro suspiró otra vez. No era agradable: había perdido la libertad que una vez le fue dada. Pero... era lo necesario.
— Morikage-sama, ¿Puedo hacerle una pregunta? — murmuró Juro. Si no se lo impedía, continuaría —. Ahora que Uchiha Datsue, y pronto Uzushiogakure, sabe de mi identidad. ¿Qué hará? ¿Informará al resto de la villa?
«El diez colas... » — Ni el Gobi ni el Nanabi lo habían mencionado. ¿Podría ocurrir si se volvían a juntar los nueve, quizá? Si un solo bijuu ya era lo bastante destructivo, ¿Cómo sería aquel monstruo?
Sintió un escalofrió. No quería comprobarlo. Nunca en la vida.
—Juro, ay, Juro... Espero que seas consciente, aunque sea mínimamente de la gravedad de la situación. Esto no es fácil, nada fácil. Y vamos a tener que tomar medidas que, muchas veces, no nos van a gustar. Pero no hay más remedio... Por eso voy a tener que pedirte que no vuelvas a salir de la aldea sin compañía de otro shinobi de esta aldea. Al menos por ahora. Espero que puedas entenderlo.
Juro asintió, diligente y obediente. No hubo quejas por su parte, ni protestas. Lo cierto es que él ya había supuesto algo así, y lo agradecía.
— No se preocupe, Morikage-sama. Para ser sincero, lo esperaba — mencionó Juro —. Cuando supe que esos generales andaban por ahí a la caza, me sentí con una enorme diana en la espalda. Desconozco si son capaces de detectarme a la distancia, o necesitan verme para hacerlo, pero soy consciente de que hay muy pocas posibilidades de que pueda escapar de ellos yo solo. Este es el lugar más seguro que conozco, y lógicamente, debo quedarme aquí. Lo entiendo.
Juro suspiró otra vez. No era agradable: había perdido la libertad que una vez le fue dada. Pero... era lo necesario.
— Morikage-sama, ¿Puedo hacerle una pregunta? — murmuró Juro. Si no se lo impedía, continuaría —. Ahora que Uchiha Datsue, y pronto Uzushiogakure, sabe de mi identidad. ¿Qué hará? ¿Informará al resto de la villa?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60