13/12/2018, 22:15
Juro asintió, hinchando el pecho de orgullo cuando el Morikage le alabó. Era una verdadera alabanza, aunque no podía evitar sentirse triste por otro lado. Tenía razón: liberar un bijuu era peligroso, más que el perder a un shinobi. Su principal razón era proteger al mundo del bijuu, no protegerle a él de los generales. Pero era lo mismo, al fin y al cabo. Como guardián, era su deber no dejarse capturar.
Respecto a su otra pregunta, el Morikage pareció tener una respuesta.
—¿Qué clase de líder sería si dejara que los shinobi de otras aldeas conocieran tu identidad, pero no tus propios compatriotas? Sí. Me temo que deberemos informar al resto de Kusagakure. Por tu bien y por el nuestro.
— Está bien, Morikage-sama — aceptó Juro.
Juro ya lo había dicho. Debía de sentirse bien, ¿verdad? Lo había logrado por fin. Lo había logrado.
Lo había logrado...
« ¿Y ahora, qué? ¿Esperar a ser cazado? ¿Vivir para siempre en la aldea? » — Juro se mordió el labio. Por primera vez, vio lo que le esperaba, y no pudo evitar sentir miedo. Miedo por lo que había fuera, por lo que llegaba, y por lo que podría pasar.
Tembló.
— La verdad es qué... bueno, no estoy bien. Tengo... tengo miedo— admitió Juro, agachando la cabeza. De nada sirve esconderse o ocultar. Al final, tenía que romperse —. Miedo por mi, y miedo por la aldea. Usted mismo lo ha dicho: desconocemos casi nada acerca de esos generales, y lo poco que sabemos es aterrador.
» ¿Y sí...? ¿Y si pudieran detectarme de alguna forma? ¿Y si hubiese un rastro que seguir? ¿Y si este bijuu nos delata de alguna forma en alguna "reunión"? — vaciló Juro —. La verdad, Morikage-sama, me aterra la posibilidad de que pongan su punto de vista en mí y en la aldea. Si los ocho generales con acceso al poder de un bijuu vinieran aquí...
Juro se sintió avergonzado. Justo después de alabarle por su templanza, se había puesto a lloriquear como un niño pequeño. Desde luego, era ridículo.
Respecto a su otra pregunta, el Morikage pareció tener una respuesta.
—¿Qué clase de líder sería si dejara que los shinobi de otras aldeas conocieran tu identidad, pero no tus propios compatriotas? Sí. Me temo que deberemos informar al resto de Kusagakure. Por tu bien y por el nuestro.
— Está bien, Morikage-sama — aceptó Juro.
Juro ya lo había dicho. Debía de sentirse bien, ¿verdad? Lo había logrado por fin. Lo había logrado.
Lo había logrado...
« ¿Y ahora, qué? ¿Esperar a ser cazado? ¿Vivir para siempre en la aldea? » — Juro se mordió el labio. Por primera vez, vio lo que le esperaba, y no pudo evitar sentir miedo. Miedo por lo que había fuera, por lo que llegaba, y por lo que podría pasar.
Tembló.
— La verdad es qué... bueno, no estoy bien. Tengo... tengo miedo— admitió Juro, agachando la cabeza. De nada sirve esconderse o ocultar. Al final, tenía que romperse —. Miedo por mi, y miedo por la aldea. Usted mismo lo ha dicho: desconocemos casi nada acerca de esos generales, y lo poco que sabemos es aterrador.
» ¿Y sí...? ¿Y si pudieran detectarme de alguna forma? ¿Y si hubiese un rastro que seguir? ¿Y si este bijuu nos delata de alguna forma en alguna "reunión"? — vaciló Juro —. La verdad, Morikage-sama, me aterra la posibilidad de que pongan su punto de vista en mí y en la aldea. Si los ocho generales con acceso al poder de un bijuu vinieran aquí...
Juro se sintió avergonzado. Justo después de alabarle por su templanza, se había puesto a lloriquear como un niño pequeño. Desde luego, era ridículo.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60