14/12/2018, 13:02
Fue entonces cuando la fortaleza que Juro había erigido a su alrededor se desmoronó por completo, dejando a la vista su lado más humano, su parte más frágil. El Morikage atendió a sus palabras y sus temores, comprensivo como debía ser el padre de todos los ninjas de Kusagakure...
Y entonces su mano voló hacia su nuca en una colleja que fue más fuerte de lo que había pretendido en un principio.
—¡En ese caso te protegeremos, faltaría más! —exclamó, y su sonrisa se ensanchó—. Juro, son muy pocos los conocimientos que tenemos y no sabemos de lo que son capaces esos Generales; pero, Jinchūriki o no, Kusagakure sigue siendo tu familia. Y como cualquier familia haría, nos protegemos los unos a los otros. ¿Queda claro?
Kenzou fue a echar tiento de su tetera, pero al darse cuenta de que se había quedado fría después de tanto tiempo charlando se encogió de hombros y entrelazó los dedos sobre el tablero de la mesa.
—Lo siguiente que voy a hacer es enviar un mensaje urgente tanto a Amegakure como a Uzushiogakure. Cualquier información que podamos compartir, por pequeña que sea, nos beneficiará a todos. Es hora de dejar las chiquilladas a un lado, un asunto mucho más importante nos ocupa si no queremos acabar como las antiguas Cinco Villas —explicó, antes de dirigir una mirada tranquilizadora al muchacho—. Pero de eso nos encargaremos Yubiwa y yo. Tú, joven Juro, sigue con tu vida con naturalidad. Sigue haciendo misiones y sigue creciendo como shinobi —sonrió—. Espero que te vaya bien con tu pupilo. ¿Kazuma, se llamaba? Aún no he tenido el placer de probarlo...
Y entonces su mano voló hacia su nuca en una colleja que fue más fuerte de lo que había pretendido en un principio.
—¡En ese caso te protegeremos, faltaría más! —exclamó, y su sonrisa se ensanchó—. Juro, son muy pocos los conocimientos que tenemos y no sabemos de lo que son capaces esos Generales; pero, Jinchūriki o no, Kusagakure sigue siendo tu familia. Y como cualquier familia haría, nos protegemos los unos a los otros. ¿Queda claro?
Kenzou fue a echar tiento de su tetera, pero al darse cuenta de que se había quedado fría después de tanto tiempo charlando se encogió de hombros y entrelazó los dedos sobre el tablero de la mesa.
—Lo siguiente que voy a hacer es enviar un mensaje urgente tanto a Amegakure como a Uzushiogakure. Cualquier información que podamos compartir, por pequeña que sea, nos beneficiará a todos. Es hora de dejar las chiquilladas a un lado, un asunto mucho más importante nos ocupa si no queremos acabar como las antiguas Cinco Villas —explicó, antes de dirigir una mirada tranquilizadora al muchacho—. Pero de eso nos encargaremos Yubiwa y yo. Tú, joven Juro, sigue con tu vida con naturalidad. Sigue haciendo misiones y sigue creciendo como shinobi —sonrió—. Espero que te vaya bien con tu pupilo. ¿Kazuma, se llamaba? Aún no he tenido el placer de probarlo...