14/12/2018, 13:14
(Última modificación: 14/12/2018, 13:16 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—Lo que yo creo es que necesita un buen descanso.
Fue la respuesta de la chiquilla, que se levantó en una aparente intención de marcharse. Sin embargo no hubo caminado ni un par de pasos cuando pareció cambiar de opinión y volvió a sentarse. Y Kokuō alzó los hombros, inspirando profundamente. Desde luego, estaría mucho más descansada si aquellos humanos no se empeñaran tanto en rondar a su alrededor como pequeños y molestos insectos. Pero no importaba. En breves tomaría el barco que habría de conducirla a su retiro. Allí nadie volvería a molestarla y podría vivir toda su vida tranquila y en paz. Sólo tenía que esperar un poco más, ¿y qué eran unos minutos después de haber pasado años encerrada y esclavizada?
—De todas formas puede relajarse que yo no he venido a causarle ningún daño, sí es lo que le preocupa.
«Uy, sí, me preocupa mucho...» Se le escapó una sonrisilla.
—Es bueno oírlo —respondió sin más.
¿Cómo considerar una amenaza a una chiquilla con una bolsa con aperitivos? Una amenaza había sido Uchiha Datsue, y por eso había huido de él a toda prisa. Las técnicas de Fūinjutsu, que podían retenerla de nuevo, eran una amenaza. Los ninjas de Amegakure podían ser una potencial amenaza. ¿Pero aquella chiquilla? Una mosca, eso es lo que era para ojos de Kokuō. Y a cada minuto que pasaba se lamentaba más por no poder sacudírsela para aplastarla.
Fue la respuesta de la chiquilla, que se levantó en una aparente intención de marcharse. Sin embargo no hubo caminado ni un par de pasos cuando pareció cambiar de opinión y volvió a sentarse. Y Kokuō alzó los hombros, inspirando profundamente. Desde luego, estaría mucho más descansada si aquellos humanos no se empeñaran tanto en rondar a su alrededor como pequeños y molestos insectos. Pero no importaba. En breves tomaría el barco que habría de conducirla a su retiro. Allí nadie volvería a molestarla y podría vivir toda su vida tranquila y en paz. Sólo tenía que esperar un poco más, ¿y qué eran unos minutos después de haber pasado años encerrada y esclavizada?
—De todas formas puede relajarse que yo no he venido a causarle ningún daño, sí es lo que le preocupa.
«Uy, sí, me preocupa mucho...» Se le escapó una sonrisilla.
—Es bueno oírlo —respondió sin más.
¿Cómo considerar una amenaza a una chiquilla con una bolsa con aperitivos? Una amenaza había sido Uchiha Datsue, y por eso había huido de él a toda prisa. Las técnicas de Fūinjutsu, que podían retenerla de nuevo, eran una amenaza. Los ninjas de Amegakure podían ser una potencial amenaza. ¿Pero aquella chiquilla? Una mosca, eso es lo que era para ojos de Kokuō. Y a cada minuto que pasaba se lamentaba más por no poder sacudírsela para aplastarla.