8/10/2015, 21:14
''Creías en mi potencial los cojones, pervertido.''
Volvió a fulminar con su mirada a su pelirrojo sensei, ¡pero si él había sido el que había creado esta situación entre ambos! Bufó molesta, esto era un entrenamiento, su primer entrenamiento como equipo, ¡y hacía que se pegasen! ¿Qué clase de unión iban a sacar de esto? Con el temperamento de Yota, iban para largo. No desvió su ojos de Toyo hasta que desapareció de su campo de visión, entonces volvió a resoplar, este hombre le irritaba.
Una vez se había ido, Eri se tiró al suelo de culo, apoyando ambas manos en la arena. Cerró los ojos y dejó de fruncir el ceño. Estaba cansada del combate. Entonces su compañero le hizo una pregunta, una pregunta que no lograba comprender, ¿por qué qué?
- ¿Por qué qué, Yota-nii? - Susurró por la cercanía de ambos con el tono más inocente que nadie hubiese imaginado, y es que estaba en blanco. Vale, no se esperaba una buena contestación de Yota recordando como suele ser cuando se enfada, pero tampoco eso, le había pillado desprevenida. -¿Por qué me rendí? Porque se supone que es un entrenamiento... ¿No? No hay por qué salir heridos... - Susurró, aunque cerró los ojos con más fuerza, ella se había pasado con su patada y le estaba pasando factura al rubio que se encontraba frente a él, así que esa respuesta le parecía bastante hipócrita.
Unos minutos de total silencio en los que la kunoichi del remolino no perdía de vista la mano diestra del chico capaz de controlar sus huesos, le fascinaba como comenzaba a regenerar sus huesos rotos con el chackra. Si ella misma pudiese hacer algo así, no dudaría en ayudarle a sanar, pero... ¿Él se dejaría?
-¿Cómo... Vas con tus huesos? - Logró articular, temerosa.
Volvió a fulminar con su mirada a su pelirrojo sensei, ¡pero si él había sido el que había creado esta situación entre ambos! Bufó molesta, esto era un entrenamiento, su primer entrenamiento como equipo, ¡y hacía que se pegasen! ¿Qué clase de unión iban a sacar de esto? Con el temperamento de Yota, iban para largo. No desvió su ojos de Toyo hasta que desapareció de su campo de visión, entonces volvió a resoplar, este hombre le irritaba.
Una vez se había ido, Eri se tiró al suelo de culo, apoyando ambas manos en la arena. Cerró los ojos y dejó de fruncir el ceño. Estaba cansada del combate. Entonces su compañero le hizo una pregunta, una pregunta que no lograba comprender, ¿por qué qué?
- ¿Por qué qué, Yota-nii? - Susurró por la cercanía de ambos con el tono más inocente que nadie hubiese imaginado, y es que estaba en blanco. Vale, no se esperaba una buena contestación de Yota recordando como suele ser cuando se enfada, pero tampoco eso, le había pillado desprevenida. -¿Por qué me rendí? Porque se supone que es un entrenamiento... ¿No? No hay por qué salir heridos... - Susurró, aunque cerró los ojos con más fuerza, ella se había pasado con su patada y le estaba pasando factura al rubio que se encontraba frente a él, así que esa respuesta le parecía bastante hipócrita.
Unos minutos de total silencio en los que la kunoichi del remolino no perdía de vista la mano diestra del chico capaz de controlar sus huesos, le fascinaba como comenzaba a regenerar sus huesos rotos con el chackra. Si ella misma pudiese hacer algo así, no dudaría en ayudarle a sanar, pero... ¿Él se dejaría?
-¿Cómo... Vas con tus huesos? - Logró articular, temerosa.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)