11/01/2019, 02:56
—De una u otra forma Atsushi sabe que dentro de treinta años probablemente Fukui desaparezca, quizás antes, quizás después. Mi esposo concuerda con tu forma de pensar, por eso mismo los viste discutir hace rato, pero cuando a ese viejo se le mete algo en la cabeza nadie se lo saca— La mujer caminó entonces hacia los estantes con platos. —¿Podrías llevar los platos y cubiertos en la mesa del comedor? El guiso ya casi está listo, saldré a avisar a tus compañeros para que entren a comer con nosotros.
La mujer se quitó su delantal y salió de la cocina, con rumbo a la entrada de la casa.
Lloviznaba suavemente, aunque el frío del agua y de la noche recién caída no parecían importarles en lo más mínimo a los genin.
—¡Niños, vengan a comer!— Gritó mientras agitaba su mano parara llamar la atención.
—¡Ya vamos!
No habría más contestación por parte de ninguno de los dos, por lo que Rōga y Higeki caminaron hasta entrar a la casa, donde Uruku y Hirashi ya estaban sentados. Warakko tenía una silla especial, con varios cojines que el permitían estar a la altura de la mesa.
—Todo es cultivado en nuestra granja, así que la frescura está cien por ciento garantizada— Río.
—¡Me moría de hambre!— Dijo el Yotsuki mientras se apresuraba a sentarse.
La mujer se quitó su delantal y salió de la cocina, con rumbo a la entrada de la casa.
Lloviznaba suavemente, aunque el frío del agua y de la noche recién caída no parecían importarles en lo más mínimo a los genin.
—¡Niños, vengan a comer!— Gritó mientras agitaba su mano parara llamar la atención.
—¡Ya vamos!
No habría más contestación por parte de ninguno de los dos, por lo que Rōga y Higeki caminaron hasta entrar a la casa, donde Uruku y Hirashi ya estaban sentados. Warakko tenía una silla especial, con varios cojines que el permitían estar a la altura de la mesa.
—Todo es cultivado en nuestra granja, así que la frescura está cien por ciento garantizada— Río.
—¡Me moría de hambre!— Dijo el Yotsuki mientras se apresuraba a sentarse.