26/01/2019, 14:53
—P-pues si no va al principio... —comentó Karamaru en voz alta, y el gesto de Yui se endureció aún más—. Arashikage….-¿sama? —preguntó, como si fuera la primera vez que había oído hablar de aquel honorífico.
Y Amekoro Yui sabía bien que aquel muchacho no había estado perdido lejos de la mano de Amenokami como para no conocer las reglas protocolarias que regía la sociedad. Él, como prácticamente todos los genin de la aldea, había sido instruido en la Torre de la Academia.
Y eso la enfureció aún más.
Con un simple movimiento de su brazo, estampó al calvo contra el suelo y su cuerpo rebotó contra él sin piedad.
—¡Deja de joder la marrana! —le gritó, con sus eléctricos ojos centelleando peligrosamente—. ¡Vas a vacilarle a quién yo te diga! ¡Ahora arrodíllate y suplica perdón, si no quieres acabar con tu calva cabeza separada de los hombros!
Y no hablaba en vano, ya había desenvainado una de las dos wakizashi que llevaba en el cinto.
Y Amekoro Yui sabía bien que aquel muchacho no había estado perdido lejos de la mano de Amenokami como para no conocer las reglas protocolarias que regía la sociedad. Él, como prácticamente todos los genin de la aldea, había sido instruido en la Torre de la Academia.
Y eso la enfureció aún más.
Con un simple movimiento de su brazo, estampó al calvo contra el suelo y su cuerpo rebotó contra él sin piedad.
—¡Deja de joder la marrana! —le gritó, con sus eléctricos ojos centelleando peligrosamente—. ¡Vas a vacilarle a quién yo te diga! ¡Ahora arrodíllate y suplica perdón, si no quieres acabar con tu calva cabeza separada de los hombros!
Y no hablaba en vano, ya había desenvainado una de las dos wakizashi que llevaba en el cinto.