2/02/2019, 06:37
—Digamos que soy tu ángel de la guarda —respondió, soslayo; mientras alzaba su brazo izquierdo. El cuervo aleteó y cogió vuelo, acercándose hasta la extremidad del jounin. Aterrizó sobre éste y, por más loco que pudiera parecer, el pajarraco se acostó sobre la piel del ninja y súbitamente, se sumergió en ella. Ahí en donde debía estar el húmero, su piel recuperó el tatuaje del mismo cuervo que había estado graznando hacía segundos—. volvía de una misión en Unraikyo cuando escuché una fuerte explosión. Luego te encontré chamuscado y moribundo.
El hombre cogió una silla y se sentó, al revés, apoyando los antebrazos sobre el espaldar del asiento.
—Mi nombre es Kurozuchi, jounin de Amegakure —dijo—. y tú eres King Roga, un jodido genin que de pronto se encuentra maltrecho en medio de un país extranjero, sólo, y sin nadie que lo auxilie. ¿Me ayudas a entender cómo fue que... sucedió?
Mirada de escrutinio, examinadora. Kurozuchi estaba haciendo los deberes de su rango: averiguar cuáles eran las circunstancias del fatídico destino de King Roga.
El hombre cogió una silla y se sentó, al revés, apoyando los antebrazos sobre el espaldar del asiento.
—Mi nombre es Kurozuchi, jounin de Amegakure —dijo—. y tú eres King Roga, un jodido genin que de pronto se encuentra maltrecho en medio de un país extranjero, sólo, y sin nadie que lo auxilie. ¿Me ayudas a entender cómo fue que... sucedió?
Mirada de escrutinio, examinadora. Kurozuchi estaba haciendo los deberes de su rango: averiguar cuáles eran las circunstancias del fatídico destino de King Roga.