4/02/2019, 02:00
—Oh, por supuesto— La mujer se volteó y tomó algo de aire. —¡Rōga baja aquí que te están buscando!— Gritó a todo pulmón, para luego abrir la puerta más y hacerse un lado, dejando a la vista la sala para los invitados con dos sillones, una tela y una mesita de cristal en el centro. —Pase adelante por favor, imagino que tendrán que hablar bastante— A ella casi se le salía el alma cuando se enteró que su cachorrito resultó herido por jugarle al vergas, siendo un susto terrible para una madre.
Mientras, el Yotsuki bajó corriendo las escaleras a toda prisa. No vestía nada más que una camiseta blanca y un pantalón negro, además de algunas gasas y curitas.
—¡Tú!— Exclamó tras saltar la últimas tres gradas, caminando por la estancia.
Mientras, el Yotsuki bajó corriendo las escaleras a toda prisa. No vestía nada más que una camiseta blanca y un pantalón negro, además de algunas gasas y curitas.
—¡Tú!— Exclamó tras saltar la últimas tres gradas, caminando por la estancia.