4/02/2019, 23:13
—...Oku no hou made kawaku manai hodo, honmono no koi wo shimasenka?— terminaría su canción justo cuando estaban entrando los presentes.
Dicen que no hay que juzgar a las personas por su apariencia, pero él no juzgaba a la gente, sino a su aspecto mismo. "A ver a ver, ¿qué tenemos por aquí?" El primero se le antojaba rebelde, aunque desaliñado. "Parece uno de los típicos bravucones de la academia." Sin mencionar que probablemente sería el mayor del trío. Luego, lo que no podía faltar: una damisela. Todo en ella lucía en su lugar, salvo por un detalle que no podía dejar pasar por alto. "Por Amenokami, ese rosa chinto es horrible." De acercarse, tenía que verle las cejas. Era a lo primero que tenías que recurrir para detectar cuando alguien tenía tinte y ya luego si eso recomendarle un color de ropas más adecuado para que al menos combinara con ese pelo.
Armado con su sonrisa de comercial de dentrífico y la mano en la cintura se acercó a los recién llegados con toda confianza.
—Hello~ saludó con galante y perfecto acento, parándose a metro y medio de ellos.
Dicen que no hay que juzgar a las personas por su apariencia, pero él no juzgaba a la gente, sino a su aspecto mismo. "A ver a ver, ¿qué tenemos por aquí?" El primero se le antojaba rebelde, aunque desaliñado. "Parece uno de los típicos bravucones de la academia." Sin mencionar que probablemente sería el mayor del trío. Luego, lo que no podía faltar: una damisela. Todo en ella lucía en su lugar, salvo por un detalle que no podía dejar pasar por alto. "Por Amenokami, ese rosa chinto es horrible." De acercarse, tenía que verle las cejas. Era a lo primero que tenías que recurrir para detectar cuando alguien tenía tinte y ya luego si eso recomendarle un color de ropas más adecuado para que al menos combinara con ese pelo.
Armado con su sonrisa de comercial de dentrífico y la mano en la cintura se acercó a los recién llegados con toda confianza.
—Hello~ saludó con galante y perfecto acento, parándose a metro y medio de ellos.