5/02/2019, 20:10
Cota pareció realmente alarmado al verla. Se reincorporó con el cuidado de una presa ante su depredador, con sus extraños ojos dorados fijos, paseándose nerviosos de ella a Kōri, y de Kōri de vuelta a ella. De un momento a otro, el shinobi extrajo el kunai que llevaba escondido en el interior de su manga.
Junto a ella, Kōri entrecerró los ojos ligeramente.
—No sé que es lo que pretendes, Gobi, pero no sacarás nada de mí —les advirtió el de Kusagakure.
Y Ayame parpadeó, completamente confundida.
—¿Gob...? Ah, ya veo... las noticias se mueven realmente rápido en este mundo... aunque no lo suficientemente rápido —añadió, con una risilla nerviosa. Alzó ambas manos, en señal pacífica—. No soy Kokuō, Cota-san. Eso ya pasó, vuelvo a ser Ayame. He regresado a la normalidad —entonces señaló a su acompañante—. Él es mi hermano, Aotsuki Kōri, Jōnin de Amegakure.
De hecho, si se fijaba un poco, podría ver el metal de la bandana en la bufanda del albino, cubriendo su cuello y el triángulo dorado en su hombro derecho.
—¿Dónde te has dejado a tu araña?
Junto a ella, Kōri entrecerró los ojos ligeramente.
—No sé que es lo que pretendes, Gobi, pero no sacarás nada de mí —les advirtió el de Kusagakure.
Y Ayame parpadeó, completamente confundida.
—¿Gob...? Ah, ya veo... las noticias se mueven realmente rápido en este mundo... aunque no lo suficientemente rápido —añadió, con una risilla nerviosa. Alzó ambas manos, en señal pacífica—. No soy Kokuō, Cota-san. Eso ya pasó, vuelvo a ser Ayame. He regresado a la normalidad —entonces señaló a su acompañante—. Él es mi hermano, Aotsuki Kōri, Jōnin de Amegakure.
De hecho, si se fijaba un poco, podría ver el metal de la bandana en la bufanda del albino, cubriendo su cuello y el triángulo dorado en su hombro derecho.
—¿Dónde te has dejado a tu araña?